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Concluye la remodelación del Edificio Sarmiento · Una taberna atlántica con vistas a los miliarios

Maridaje de gastronomía y cultura

El chef Xosé T. Cannas explica las recetas, la carta de vinos y el interiorismo desenfadado de La Ultramar, en nuevo restaurante del Museo de Pontevedra

Bodegón con algunos de los platos que se servirán en la tapería. // Gustavo Santos

"El restaurante del Museo tiene más que ver con un bar de tapas que con la alta cocina", explica Xosé T. Cannas, conocido como Pepe Vieira, el chef pontevedrés que encabezará el nuevo espacio gastronómico de la institución cultural, una taberna en la que una decena de profesionales se esforzará por trasladar la inspiración del Atlántico y de los países de la emigración a los fogones.

La idea es servir platos para compartir, en una invitación a "disfrutar de la cocina gallega entre amigos y familia, queremos que la gastronomía sea tan protagonista como la tertulia", explican los responsables del local.

Éste ocupa alrededor de 200 metros cuadrados del bajo del Edificio Sarmiento, en los que se han habilitado dos espacios, una barra con taburetes y mesas altas y otro más pensado para los comensales. En total, tendrá capacidad para alrededor de 80 plazas.

"Al comensal le va sorprender todo, el edificio que es impresionante, los miliarios... Venir al restaurante será mucho más que una experiencia gastronómica", indica el chef.

Éste ha diseñado una carta en base a recetas consolidadas desde su restaurante con una estrella Michelín. "Las hemos testado y después tuneado para que encajen con nuestra idea del restaurante, y ahí están una merluza frita con piel de lima, las patatas cocinadas en masa de pan o el taco de vaca gallega".

El cabracho frito, los pescados fritos enteros o las chuletas de vaca gallega son otros nombres de la carta, que apuesta por "una comida casera. Queremos que sea una invitación a un día en familia, también con un toque viajero, de ahí el título de Taberna Atlántica, buscamos que se note la influencia de la emigración a países como Argentina, México o Brasil, de hecho la gran mayoría de los artistas presentes en las colecciones del Museo tienen la influencia americana como nexo común".

La carta de vinos apuesta por una selección de los mejores caldos de la Península. "La titulamos 15 vinos por 15 euros y será nuestra apuesta tras viajar mucho por España y Portugal para seleccionar los mejores caldos, estarán representadas las más importantes denominaciones".

Por su parte, la firma Soja Arquitectos ha sido la encargada de diseñar el interiorismo del local. Será, explica Torres Cannas, "muy desenfadado, con una estética muy rockera y en la que no falta ningún detalle".

La cocina abierta, que permite a los comensales contemplar la preparación de los platos y el horno de leña son otras de las apuestas. El precio medio por cubierto se situará "en unos 20 euros en el caso del restaurante pero quien venga a tomarse una caña o un vino pagará lo mismo que en cualquier otro bar, aquí cualquiera puede venir y disfrutar de la creatividad, también en el plato, y de la cultura; el local es impresionante, también la estética y en la carta, aun siendo una propuesta de tapas, hemos ido más allá en busca de la creatividad, creemos que va sorprender".

La taberna atlántica, como se autotitula La Ultramar, se inspira en los antiguos ultramarinos, de modo que se completará con una pequeña tienda con "una selección de productos de alimentación y también de hogar, utensilios de cocina y menaje".

No solo en la tienda sino en general se busca que en los fogones, al frente de los que se situará el jefe de cocina Oscar Abal, esté muy presente la influencia americana, por ejemplo en platos como el taco mexicano de rosbif.

El restaurante abrirá en plena Semana Santa (actualmente se apura el acabado del interiorismo) e incluirá la cafetería del Sexto Edificio, que en principio se plantea como un área de relax y puntualmente también para ser utilizado para eventos.

Con la puesta en marcha de este último equipamiento se completa una inversión de alrededor de 29 millones de euros en la manzana cultural del Museo.

Las obras arrancaron hace 11 años con los primeros trabajos de construcción del Sexto Edificio y continuaron con casi tres años de obras para rehabilitar el Edificio Sarmiento.

Esta rehabilitación posibilitó la reapertura del claustro, que fue cegado a partir de la expulsión de los Jesuitas en 1767 y que ha recuperado su luminosa imagen original.

Los últimos trabajos de musealización concluyeron este mismo mes y una vez reinaugurado, el Sarmiento incluye 6 salas de exposiciones (además del claustro dedicado habitualmente a muestras temporales) en las que se exhiben las colecciones más emblemáticas del Museo.

Las piezas permiten un recorrido desde la Prehistoria al siglo XIII y en el anexo Sexto Edificio, conectado por el interior con el Sarmiento, puede continuarse el recorrido contemplando obras realizadas a partir del XIV.

Y tras la manzana cultural, el objetivo de la Diputación Provincial es actualizar el Edificio Casto Sampedro, en el que prevé invertir 1,5 millones, un nuevo impulso al custodio de las joyas artísticas de la provincia.

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