La velocidad media del tráfico que circula por las principales carreteras del municipio no llega, ni de lejos, a los límites máximos de 90 o 100 kilómetros por hora que se marcan como límite por la DGT. Según los últimos datos oficiales del Ministerio de Fomento, la velocidad media en la red estatal en Pontevedra no llega a los 70 kilómetros por hora. De hecho, viales como la N-550 entre la capital y Caldas o hacia el sur hasta Redondela, la N-554 en Vilaboa o incluso la autovía de Marín, se quedan lejos de esa cifra. Solo la AP-9 y algún tramo de la N-541 entre Pontevedra y Ourense por Cotobade registran velocidades por encima de esa media.

Se trata de una media de todo el tráfico que circula durante un año por esos viales, no de casos particulares de infractores que exceden los límites. El caso más llamativo es el de la N-554, que atraviesa Vilaboa de un lado al otro y que cada vez se utiliza más como alternativa gratuita a la autopista. Con un límite mínimo de 50 kilómetros por hora al ser una travesía casi constante y estar salpicada de rotondas, la velocidad media por esta carretera es bastante inferior, de 43,5 km/h. Puede derivarse tanto de esa sucesión de glorietas como del hecho de atravesar zonas muy pobladas y, también, del aumento progresivo del tráfico, ya que en apenas una década años su intensidad circulatoria casi se ve duplicada, al pasar de 6.300 coches diarios en 2005 a más de 10.000 en la actualidad.

Otro dato curioso es el que se refiere a la autovía de Marín, un vial de dos carriles en cada sentido de circulación y un límite general de 80 kilómetros por hora, salvo en el tramo más cercano a Pontevedra, donde la salida está plagada de badenes en su único carril disponible. Fomento certifica que la velocidad media en este caso es de 52 km/h, muy por debajo del máximo permitido. Además, ha descendido su tráfico en el último año, al no llegar a los 22. 000 al día.

La N-550, tanto en su tramo Norte como en dirección Sur presenta velocidades entre los 62,1 y los 65,3, cifras acordes con un vial que atraviesa zonas muy pobladas y roza la saturación, con intensidades que superan los 20.000 coches diarios, especialmente al Sur.

En el otro extremo de esta relación aparece la N-541 entre Pontevedra y Ourense. En este caso, el Ministerio de Fomento señala que la velocidad media en el tramo más próximo a la capital es de 87,5 km/h, muy elevada con respecto al resto de viales, sobre todo si se tiene en cuenta que esta carretera discurre por zonas como Mourente y Bora, bastante pobladas, antes de llegar a áreas con menor población como Cotobade donde, curiosamente, la velocidad baja a 69,6. Por su parte, en la N-640, en Caldas, no se llega a 60 por hora. Todas las velocidades registradas por Fomento en estos viales son idénticas a las alcanzadas hace un año.

El límite de velocidad en la AP-9, como en el resto de autovías y autopistas, es de 120 kilómetros por hora. Aunque muchos coches circulan por encima de ese límite, lo cierto es que Fomento constata que la velocidad media en los tramos pontevedreses es de 108,7 km/h, un 9% por debajo del tope legal. En este caso no se puede pensar en la saturación como razón de la circulación "lenta", ya que la AP-9 no deja de perder usuarios desde hace años, a causa del aumento de sus peajes. Por el puente de la ría pasan ya 40.700 coches al día.