"Uno cree que va a hacer un viaje, pero enseguida es el viaje el que lo hace a él". La reflexión del escritor Nicolás Bouvier seguramente la compartirían los miles de gallegos que un día se subieron a un tren o a un barco camino de la emigración.

Ellos son los protagonistas de la obra "Los centros de la emigración pontevedresa en Buenos Aires", que, sobre todo, busca impedir que el olvido se lleve "la memoria de lo mejor de nuestra tribu; los emigrantes", señala Martín Fernández Vizoso.

Éste recuerda que el asentamiento de gallegos en Argentina comenzó a ser significativo en la mitad del siglo XVIII, "pero la llamada emigración gallega tuvo su inicio en torno a 1830. Entre ese año y 1930 están documentadas 852.427 salidas, lo que equivale a algo más de la mitad del flujo gallego a América, cifrado en 1,5 millones de personas".

La obra del periodista analiza las causas de la emigración, las etapas y su volumen y, especialmente, como se fueron fundando centros gallegos por comarcas (Deza, O Salnés, Vigo, Val Miñor etc), sus actividades y qué queda de ellos.

En el caso de Pontevedra, el autor destaca que "desde los inicios mismos de la emigración del XIX la presencia de esta comarca fue muy relevante", como prueban el hecho de que se bautizase como Pontevedra una ciudad situada en el oeste de Buenos Aires, en el partido de Merlo.

En la capital argentina "tuvo gran predicamento a finales del XIX la tesis del Colón gallego de De la Riega, fue difundida y potenciada allí por Prudencio Otero Sánchez, un diputado provincial, primo de Valle Inclán".

La facilidad de acceso a los puertos hace que los municipios pontevedreses sean de las zonas de emigración más temprana e intensa y en ella actuaban los famosos "ganchos" que reclutaban trabajadores para Argentina.

Martín Fernández Vizoso analiza el papel de los pontevedreses en la fundación del Centro Gallego y en la Federación de Sociedades Gallegas Agrarias y Culturales, que nacen en los años veinte coincidiendo con la lucha foral y el agrarismo.

En los años treinta bajo el censo de emigración y tras la guerra civil Franco estimula las provincias, de aquí que se cree el Centro Pontevedrés, constituido en 1942 por las sociedades emigrantes de Lérez, Moraña, Alba, Campañó, Cerponzóns, Residentes de Xeve, Centro Sanxenxo y 70 vecinos de Poio.

Castelao fue su socio de honor y su cabecera de prensa era la revista "Lérez".

El escritor Cándido González o Luciano Vidán, antiguo miembro del Seminario de Estudos Galegos y de Izquierda Republicana, fueron algunos de sus directivos y dos de los destacados pontevedreses que, como Indalecio Armesto, Josefa Goldar o José Bouchet embarcaron un día con destino a América.

Entre los más exitosos, Casimiro Gómez, que llegó a ser una de las personas más ricas de Argentina y también uno de los grandes filántropos de Pontevedra.

El más importante, pero no el único; como recuerda Martín Fernández Vizoso los emigrantes construyeron en la provincia 23 escuelas de filantropía particular y 47 a través de las sociedades de instrucción. Su idea: formar a los niños y brindarles esas oportunidades que ellos no tuvieron, porque los pobres no están nunca necesitados de la caridad, lo que les falta es la justicia.