La asociación Juan XXIII, dedicada a la atención e integración de personas con discapacidades psíquicas, ha logrado dar un nuevo paso en su proyecto para crear la primera residencia de personas con discapacidad intelectual en la comarca. Una iniciativa que el colectivo persigue desde hace tiempo ya ha comenzado su tramitación urbanístico, dos años después del convenio que firmó al respecto con el Concello para dar cobertura a un edificio que ofrecerá 45 plazas: 24 destinadas a alojamiento y 21 como centro de día. La Xunta acaba de abrir la tramitación urbanística para modificar el Plan Xeral municipal y habilitar una parcela de 3.450 metros cuadrados en Fonte Santa, al lado de la sede de la asociación, cedida en su día por el Concello para ese fin.

Esta modificación urbanística, redactada por la arquitecta y exconselleira de Vivenda Teresa Táboas, apuesta por "fijar una ordenación detallada de la parcela cedida para que sea posible la materialización del uso dotacional que se pretende y para lo que fue objeto de cesión". Añade que la finalidad "es permitir la construcción de una infraestructura adecuada para un uso de tipo residencial, dirigido a personas con discapacidad, por un periodo de tiempo indefinido y con la condición de que el destino otorgado a las parcelas cedidas sea la construcción de un centro dotacional dedicado a residencia permanente, con una capacidad inicial de 45 personas, de las cuales 24 plazas serían en la modalidad de centro residencial y día, y las 21 restantes, solo en el centro de día, dando servicios al colectivo de personas con discapacidad residentes en la ciudad de Pontevedra y en su zona de influencia".

Servicios

La documentación califica este proyecto como "un importante equipamiento socio-asistencial de ámbito municipal, comarcal, provincial e incluso superior, estimándose en una población aproximada de unos 280.000 habitantes sobre los que se extendería". Apunta que mediante este proceso urbanístico "se completaría el complejo actual de la Asociación Juan XXIII de equipamiento como centro educativo, centro de día y centro ocupacional, con talleres de jardinería, de automoción, de fregonas, de encuadernación y de artesanía. Además dispone de área de desarrollo personal y social con orientación psicológica, atención social, formación académica funcionar, rehabilitación (fisioterapia e hidroterapia), autogestión y asesoramiento familiar. Estas actividades se realizan a diario para el desarrollo integral de sus usuarios".

El documento urbanístico está en manos de la Xunta desde el pasado día 19 y la Consellería de Medio Ambiente ya ha puesto en marcha el proceso de consultas para determinar si este proyecto debe someterse o no a evaluación ambiental estratégica. Para ello, se establece un plazo de veinte días para que cualquier interesado puede formular sugerencias "en relación a posibles efectos ambientales significativos", algo que la propia documentación municipal ya descarta.

El edificio, aún pendiente de un diseño definitivo, se levantaría sobre una parcela que pasó en su día a manos del Concello por las cesiones del polígono de chalés de Fonte Santa. En octubre de 2012, el ayuntamiento y la asociación Juan XXIII suscribieron el compromiso de colaboración que establecía que el Concello aportaba dos solares (de 1.950 y 1.450 metros cuadrados) para la puesta en marcha de ambos servicios; la residencia y el centro de día. Aquel acuerdo establecía que en un año se tramitaría la modificación de la planificación urbanística para que los terrenos sean compatibles con los nuevos usos, un plazo que se ha visto demorado, ya que la comisión de urbanismo no remitió el proceso a la Xunta hasta este mismo mes. Una vez que esa modificación esté aprobada, Juan XXIII se compromete a que en tres años la obra esté ejecutada, pese a que el colectivo choca con el problema común en estos tiempos, la financiación. Ya hace un año, la gerente de la asociación, Carmen Puga, explicaba que se trata de un "momento complicado" para una asociación que recibía ayudas de la Xunta, el Concello y las obras sociales de las cajas, hoy desaparecidas. "El proceso de tramitación nos va a permitir esperar un poco y esperamos que mejore la situación, nosotros con toda la tenacidad nos comprometemos a buscar los recursos", añadió.