El rechazo a la A-57 suma apoyos de las parroquias

Salvemos A Fracha explicó a vecinos de Tomeza, Bértola y Figueirido que no es una circunvalación

La asamblea informativa reunió a vecinos de las parroquias cruzadas por el futuro vial.  // Rafa Vázquez

La asamblea informativa reunió a vecinos de las parroquias cruzadas por el futuro vial. // Rafa Vázquez

B.M. | PONTEVEDRA

Era una cita informativa y hasta allí acudieron vecinos de las parroquias de Tomeza, Bértola y Figueirido, de colectivos ecologistas como la Asociación pola Defensa da Ría (APDR) y la Sociedade Galega de Historia Natural y ciudadanos interesados en conocer las razones que llevan a Salvemos A Fracha, colectivo impulsado por los vecinos de Pintos (Marcón) a oponerse a la futura autovía A-57, Pontevedra-Vigo y de manera específica el tramo viario de 6,5 kilómetros que unirá Vilaboa y A Ermida, que formaría parte de la llamada circunvalación de Pontevedra y que consideran "injustificada" y un "despilfarro".

Salvador Calviño, uno de los portavoces de la plataforma vecinal, recordaba que "nuestra intención no es cambiar el trazado de sitio si no que no se construya" porque "se está vendiendo como una circunvalación pero es un corredor norte-sur que además divide a las parroquias".

La asamblea de ayer se enmarca en una campaña de información y concienciación social que tiene como objetivo frenar un proyecto viario que, según el análisis que hacen los vecinos de Pintos, separa las parroquias por donde discurre el trazado (Marcón, Tomeza, Bértola y Figueirido), parte en dos el monte de A Fracha; atenta contra el patrimonio cultural de todos y afecta a los recursos hídricos de la zona. Además es una infraestructura "innecesaria e injustificada" que no responde al patrón de circunvalación con el que se publicita (es un eje norte-sur). Prevén hacer una próxima asamblea informativa en el casco urbano.

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