El proceso de transformación de las Fuerzas Armadas que está llevando a cabo el Ministerio de Defensa y que conllevará, entre otras cuestiones, una amplia reducción del número de efectivos no afectará "de forma importante y ni siquiera de forma discreta a las personas que están actualmente destinadas en la unidad". Con estas palabras descartaba ayer el nuevo general jefe de la Brigada de Infantería Ligera Brilat "Galicia" VII, Luis Cebrián Carbonell, que la reconversión en marcha pudiese suponer una merma de la plantilla de la base General Morillo, que ronda los 2.000 militares de un total de más de 3.000 que conforman la Brilat ya que hay que sumar los contingentes de Asturias y Valladolid.

Lo que sí está en el horizonte es que la Brigada "Galicia" VII se transforme en los próximos meses con el fin de integrarse en la nueva estructura de de brigadas operativas polivalentes que prevé Defensa. "Habrá cambios en los procedimientos, en la estructura orgánica de las batallones" apuntaba el general Cebrián Carbonell, en unas declaraciones realizadas al finalizar el encuentro protocolario que ayer mantuvo con el alcalde de Pontevedra, Miguel Fernández Lores, en el Concello.

Este encuentro forma parte de una ronda institucional de presentación del nuevo mando de la Brilat que ayer declaraba su "satisfacción" por estar al frente de una unidad que lleva asociado el nombre de Galicia.

Recordó con el alcalde una visita anterior a Pontevedra, en en el año 1998, cuando Fernández Lores aún estaba en la oposición, entonces había venido en calidad de Ayudante del Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón.

Por su parte el alcalde pontevedrés hizo hincapié "en la relación institucional perfecta" que mantiene el Concello con la Brilat y que no duda que se mantendrá con el nuevo responsable de la Brigada. Aludió expresamente a la colaboración que siempre encontró en la Brilat para la organización de eventos deportivos, festivos y aprovechó la ocasión para manifestar la "buena disposición" que encontrarán en el gobierno local "para las cosas que necesiten".

En un clima distendido, Luis Cebrián apuntaba que no había pedido nada al alcalde "ya me no está en disposición de darme lo que necesitaría por lo cual hubiese sido un ejercicio ocioso".