Aguilar: "Es una medida sin consenso que genera bajadas en las ventas e inseguridad de los vecinos al no pasar coches"

El corte del puente de A Barca como vial de salida ha tenido repercusiones en la calle Echegaray con una caída del tráfico. Se trata de una medida que el BNG "no consensuó con los vecinos ni con sus socios del BNG y que tiene efectos colaterales" en apenas una semana de aplicación, "con bajada de ventas en los comercios de las calles afectadas, inseguridad de los vecinos por la noche al no pasar coches, desconcierto en las lineas de autobuses y subida del coste de las carreras de los taxis, al tener que realizar un trayecto más largo, y, en consecuencia, un descenso del número de clientes". Así pintó ayer el panorama el concejal del PP Ricardo Aguilar, quien también apuntó otros efectos: "Domingo Fontán y el nudo de Bomberos soportan más tráfico y aumentan las molestias por el ruido de los coches en la avenida de Uruguay".

Por todo ello, llevó al pleno de ayer una propuesta para forzar al alcalde a "reabrir de inmediato" el puente de A Barca en ambos sentidos y al renunciar, por consiguiente, a mantener las medidas actuales en el futuro.

Mosquera echó en cara del PP algunas "contradicciones" en sus argumentos: "Unos vecinos salen perjudicados porque aumentó el tráfico y otros porque bajó. En qué quedamos", se pregunta, y también trató de arrimar el ascua a su sardina a la hora de analizar la situación comercial de Echegaray: "La crisis castiga a todos, pero que la actividad comercial de esta calle es floja los sabemos desde hace tiempo, no es de ahora. Este vial necesita una reforma urbana y quizás la razón de ese declive comercial esté en que la conexión peatonal con Poio es espantosa y pierda así a miles de clientes potenciales que podrían pasar por ella".

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