Con estas palabras define María la acogida. A pesar de que es la primera vez que ella y su familia viven esta experiencia la idea siempre ha estado presente en su mente ya que ha trabajado en cooperación muchos años. En su día ya lo intentó con un programa de la Cruz Roja pero al final "el proyecto se quedó aparcado". Para María lo más difícil de esta situación es el momento de irse a trabajar ya que Chadda no deja de llorar, aunque recalca que los últimos días se lo está tomando mejor. Por este motivo María se pregunta a veces si Chadda no estará sufriendo a pesar de que ella la ha acogido "con buena intención". María aún no está segura de querer volver a acoger un niño el año que viene y quiere esperar a ver como evoluciona la pequeña con ellos para tomar una decisión firme. Otras madres le han comentado que es normal que llore mientras no se acostumbre pero acabará por habituarse.