La Cofradía de Lourizán ha procedido a retirar todas las algas que se acumulaban desde hace días ante las viviendas de O Cabo, en Placeres, y cuyo nauseabundo olor generó quejas entre los vecinos. La patrona mayor del pósito, María del Carmen Vázquez, salió ayer al paso de estas críticas señalando que estaba previsto retirar antes las algas pero que hubo que esperar hasta el lunes ya que ni el viernes ni el fin de semana la empresa que las transportaría a Ponteareas trabajaba, explica la patrona mayor.

Aún así, añade, llegó el lunes y tampoco se cumplieron sus previsiones en cuanto a las horas de trabajo: la autovía debía de estar cortada a las 8.30 de la mañana pero hasta casi hora y media más tarde no se señalizó el tramo en el que debía de trabajar el tractor que se encargó de la recogida, por lo que hasta las seis de la tarde no se completó la labor.

Esta material procede de los trabajos de limpieza que las cofradías del fondo de la ría realizan en los bancos marisqueros, con el fin de impedir que la acumulación de algas impida que llegue el oxígeno a los bivalvos. En los últimos días se calcula que fueron retiradas unas 200 toneladas de algas, que se pretenden destinar a la creación de compost.

Por otra parte, María del Carmen Vázquez destaca que la mayoría de las algas se encontraba en la punta de la pasarela opuesta a O Cabo. Añade que solo fueron trasladadas hasta allí por un pequeño período de tiempo para una recogida más eficaz debido al problema con el corte de la autovía. En todo caso, desde la cofradía se apunta que esta actividad se lleva a cabo todos los años.

Para la cofradía las algas comenzaron a oler cuando se removieron, justo antes de su retirada pero los vecinos se quejan de que, ya que a su zona no llegan fácilmente las mareas, el olor invadía sus casas desde hace días y que incluso han llegado a tener pulgas en uno de los hogares. Es precisamente la dificultad de encontrar una marea muy baja en la playa lo que la cofradía considera como el factor clave para que estos trabajos se lleven a cabo en días tan puntuales ya que el acceso al arenal es complicado.

De la misma manera, a María Carmen Vázquez también le sorprende cómo a los vecinos les importa tanto el olor de las algas y nunca se han quejado del hedor que desprende la depuradora, algo que tienen cerca siempre.