La fachada urbana de la avenida de Vigo entre Ponte Boleira y el nudo de O Pino cambiará de aspecto en poco tiempo. Tres viejos edificios situados en la acera de la izquierda en sentido de salida desaparecerán para dar paso a una sucesión de solares en la zona. Entre los inmuebles que serán víctima de la "piqueta" está el que ocupaba el club "Paladín", que durante años fue cita obligada de muchos noctámbulos.

La comisión municipal de Urbanismo autorizó ayer la concesión de licencias de demolición de los edificios número 47, 51 y 53 de la avenida de Vigo. Se trata de tres inmuebles en desuso, abandonados y en algún caso en una situación ruinosa cuya demolición es inminente, toda vez que ya está vallada la zona y se han colocado carteles al respecto. De hecho, el derribo parece obedecer más a razones de adecentamiento de la zona y de evitar peligros de desplome que a un intento real de reemplazar los viejos edificios por nuevas construcciones.

El concejal de Urbanismo, Antón Louro, informó ayer, al término de la comisión informativa municipal, de esta autorización de derribo de tres inmuebles cuyas antigüedades oscilan entre los 43 y los 85 años "pero que no están catalogados y carecen de valor patrimonial". El edil afirma que "carecemos de datos de qué se va a hacer allí", si bien no parece que la situación del mercado inmobiliario permita pensar en algún tipo de proyecto residencial a corto plazo.

El concejal se refirió a uno de los locales como "un antiguo salón de baile conocido como Paladín", si bien este establecimiento es posterior al "Baile del Pino". Sea como sea, los tres edificios presentan "problemas de conservación y deterioro", según añadió Louro, quien apuntó también que las tareas de demolición rondan los 30.000 euros.

En la misma comisión de Urbanismo también se analizó un antiguo proyecto residencial en la avenida de Marín donde se concedió en su día licencia para edificar 11 viviendas, permiso que se decidió dar por caducado al pasar más de un año sin obra alguna. No obstante, los promotores formularon alegaciones contra ese expediente de caducidad, que acaban de ser estimadas por el Concello. Así, se "devuelve" la licencia, aunque con la condición de que presente el proyecto en el plazo de tres meses e inicie las obras en los tres siguientes.

Louro se felicitó de que se reactive este proyecto y destacó el "aceptable nivel" de viviendas unifamiliares que aún salen adelante pese a la crisis del sector.