Cuando Radio Pontevedra EAJ-40 anunció a finales de 1947 la convocatoria de un concurso bautizado como "La Fiesta de la Radio", su acogida general tanto entre participantes como entre radioyentes era impredecible. Ni el propietario de la emisora, don José Hermida, ni tampoco el director artístico, Fausto Otero, podían imaginarse el éxito tan grande que alcanzó en los meses siguientes.

Aquel programa fue una especie de salto a la fama para descubrir artistas talentosos y voces nuevas que, en general, soñaban con desarrollar una triunfal carrera.

Dentro de la modesta programación de las emisoras de provincias, que tan condicionada estaba por la escasez de medios, la emisión resultó pionera en su género y levantó pasiones entre los partidarios de unos y otros participantes. Sólo en Madrid y Barcelona se hacían entonces estos programas irrepetibles que tanto disfrutaron nuestros padres y abuelos.

Radio Pontevedra fue la primera emisora de provincias que imitó el formato de la "Fiesta en el Aire", un programa creado por Radio Nacional de España que hizo época, presentado por Carlos Alcaraz, rival directo del gran Bobby Deglané en Radio Madrid.

Seguramente lo de menos para los participantes en "La Fiesta de la Radio" eran las 4.250 pesetas en premios, a razón de 500 y 250 pesetas, respectivamente, para los clasificados en primer y segundo lugar dentro de los seis grupos establecidos: cantantes clásicos, cantantes ligeros, solistas y concertistas, agrupaciones corales o musicales, humoristas y recitadores, y otras especialidades.

Por el contrario, lo más importante para todos ellos eran las bolsas aportadas por el Ayuntamiento y la Diputación para viajar a Madrid y participar en la "Fiesta en el Aire", que contaba con una gran audiencia en toda España. Ahí estaba su ansiada gran oportunidad.

Como la emisora no tenía un estudio con capacidad para acoger un programa cara al público, todas sus eliminatorias se desarrollaron en el Teatro Cine Victoria, previo acuerdo con la empresa Fraga, propietaria de buena parte de los cines de esta provincia. A través de ese acuerdo de colaboración, Radio Pontevedra se encargaba sólo de su desarrollo artístico, en tanto que la parte empresarial era asumida por don Isaac Fraga.

Su financiación salía de las cinco pesetas que costaba la entrada con derecho a voto. Como quiera que el Victoria disponía de una capacidad para 1.500 personas, y que el público abarrotaba el cine en cada eliminatoria, los resultados económicos fueron muy buenos. Tan fuerte resultó la demanda de localidades que provocó más de un follón, y hubo auténticas disputas por presenciar la gran final.

"En todos los lugares de tertulia de la ciudad -recogía un semanario local-- este magnífico concurso de aficionados es tema palpitante que se discute con apasionamiento hasta hoy desconocido". Y luego remachaba: "Ningún certamen ni ninguna otra actividad local levantó tanta polvareda como esta simpática fiesta que viene celebrándose en el Teatro Cine Victoria".

El acompañamiento de los artistas corrió a cargo de la Orquesta Sur, famosa por sus actuaciones en el Urquín secundando al mismísimo Antonio Machín. Y la presentación se encomendó a Lucianito Rodríguez, un jovencísimo locutor que había asombrado a todo el mundo por su buena dicción, facilidad de palabra y gran desparpajo. Luego se marchó a Madrid y allí triunfó, pero su fama fue efímera porque murió joven.

El primer festival de "La Fiesta de la Radio" tuvo lugar en la noche del 17 de enero de 1948. A lo largo de las semanas siguientes hubo tres eliminatorias entre todos los participantes repartidos en los seis grupos fijados. Luego se celebraron dos semifinales, hasta confluir en la gran final. Naturalmente, cada eliminatoria llegaba también a los hogares pontevedreses a través de las ondas y la recepción se consideró buena en las distintas retransmisiones, sin desmerecer para nada el sonido en directo.

La "Fiesta de la Radio" no tuvo continuidad la temporada siguiente por causas desconocidas, pero su recuerdo permaneció vivo en Pontevedra durante muchos años.

De Raimunda Lusquiños a Xan das Canicas

Desde la soprano Raimunda Lusquiños hasta el humorista Xan das Canicas, que fueron los grandes triunfadores, un ingente plantel de cincuenta y siete participantes en las especialidades más variopintas pasó por "La Fiesta de la Radio" hace sesenta y cinco años para mostrar su talento artístico ante un público ruidoso, cómplice y exigente.

"El beso" y "Un buen día", de la ópera Madame Buterflay, enmarcaron el triunfo de Raimunda Lusquiños. Becada por la Diputación se fue a Madrid y concluyó con brillantez sus estudios de canto en el Real Conservatorio. Tras una corta carrera profesional, regresó a Pontevedra y ejerció como profesora en el Conservatorio y en el Instituto, donde tuvo a gala no aceptar nunca su asignatura como una "maría" cualquiera.

Por su parte, Francisco Calvo obtuvo igualmente un clamoroso triunfo cuando todavía no había adoptado el nombre artístico de Xan das Canicas. El público se rió mucho con el humorista incipiente y se rindió incondicionalmente ante su declamación apasionada de "Airiños, airitos aires", de Rosalía de Castro. Aquel cierre de espectáculo nunca faltó luego en su dilatada carrera artística.

Más allá de estos grandes triunfadores, verdadero asombro provoca desde la perspectiva actual descubrir, por ejemplo, a un adolescente Rafael Úbeda en su faceta de imitador, o a Sabino Torres como mago e ilusionista. Con su atrevimiento característico Sabino se bajó del escenario e hizo juegos malabares entre las butacas para ganarse al público. Pero su apuesta le salió mal porque lo que vieron quienes estaban a su lado no pudieron disfrutarlo quienes estaban más lejos. De modo que los aplausos de los primeros no taparon los silbidos de los segundos y su eliminación fue irremediable.

La música clásica tuvo muchos y buenos protagonistas: José Luís Blanco al violonchelo, Luís Gómez al clarinete o Segunda Freijeiro al piano. El gusto por la armónica, que con tantos seguidores contaba en aquellos años, estuvo representado por el grupo Roger de Flor y el solista Juan José Presa. Y en canción ligera destacaron Tere Moreira, Julita Andrés, Arturo Prieto, Manuel Cambeiro y José Álvarez

Los Serenos, Los Estudiantes y Los Nocturnos se llevaron las palmas en el apartado de agrupaciones corales. Y como niños prodigio, tan en boga entonces, destacó la pareja de baile formada por Laurita Dios y José Luís Casaleiro, así como María del Pilar Bará, que con solo cinco años recitó con magnífica entonación un poema de Rosalía de Castro y una fábula de Samaniego, que le valieron su pase a la final.

EL MEOLLO

El multamovil que está a la vuelta de la esquina

A partir de mañana empezará la cuenta atrás para la entrada en funcionamiento en Pontevedra del polémico multamóvil, puesto que el pleno municipal aprobará una modificación de crédito con la partida correspondiente para su pronta adquisición. Aparentemente, el gobierno municipal juega sobre seguro; es decir que conoce bien la experiencia acumulada por otras ciudades gallegas donde el artilugio está implantado desde hace bastante tiempo. Con toda seguridad a Raimundo González le salen muy bien las cuentas recaudatorias, aunque su obligación sea negar la mayor, cosa que hará cuantas veces resulte conveniente. El meollo de la cuestión está en vaticinar si la Policía Municipal hará un razonable uso o se decantará por un claro abuso de este diabólico vehículo sancionador de las infracciones urbanas comunes.

Mañana se repetirá la oposición bajo sospecha

El meollo de la cuestión está en adivinar la suerte que correrán Dimas y Francisco Iglesias, los dos aspirantes que con su denuncia más que fundada obligaron a repetir una oposición del Ayuntamiento de Pontevedra para cubrir dos plazas de vigilante municipal. Con toda seguridad el concejal de personal, Vicente García Legísima, abogado de profesión en ejercicio, vigilará de cerca desde mañana todo el proceso hasta su resultado final, a fin de velar por la limpieza requerida. Obviamente, todos los ojos estarán puestos en las calificaciones de un tribunal exclusivamente compuesto por funcionarios; un sistema que practica el gobierno de Lores y que en absoluto garantiza mayor imparcialidad que otro tribunal mixto, con participación de concejales y técnicos, aunque mucha gente piense lo contrario por razones obvias.

Trato desigual a la Feira Franca con San Benito

Con muchos partidarios y escasos detractores, la Feira Franca puede considerarse el primer gran logro popular del BNG desde su llegada al gobierno municipal de esta ciudad. A quien no le gusta su distintivo carnavalesco no tiene más que abstraerse o aprovechar para pasar un fin de semana fuera de Pontevedra. Como lo cortes no quita lo valiente, un acto de justicia ha sido su declaración como Festa de Interese Turístico Galego en el último Consello de la Xunta. De modo que, hoy por hoy, en el horizonte de la Feira Franca solo se atisba un peligro que no es otro que morir de éxito. El meollo de la cuestión está en valorar si el gobierno municipal dedica la misma atención y el mismo esfuerzo a promocionar la otra Festa de Interese Turístico Galego de Pontevedra como es la Romería de San Benito, del mismo tirón popular en otro tiempo.