Siete décadas de "La Paloma"
A sus 95 años Bejamín Camiña recuerda que la historia del que fue salón de baile y años más tarde bar se debe a la venta de un buey

Benjamín Camiña junto a tres de sus hijos, ayer, en el bar La Paloma. // Rafa Vázquez
F.SÁNCHEZ - PONTEVEDRA
"Vendimos un buey que teníamos en casa para las tareas agrícolas", recuerda Benjamín Camiña Garrido cuando se remonta 70 años atrás, a los inicios del emblemático bar La Paloma, situado en Santa Margarita, Mourente. Con el dinero de aquella operación, recuerda que podrían ser unas 17.000 pesetas, adquirió un establecimiento que pronto se haría famoso en la provincia por sus bailes. "Era el único local con estás características, el espacio fue la clave", rememora el hombre, a sus 95 años.
Echando la vista atrás, Benjamín no puede evitar recordar a los más de 300 jóvenes que acudían a los eventos musicales de La Paloma. Entre los asistentes, además de las mejores orquestas se encontraba, por ejemplo, el propio John Balán, que "siendo un chaval ya hacía alguna de las suyas", recuerda. "Eran los bailes más populares que habían en Pontevedra, venían andando desde Seixo y Marín", detalla.
Este atractivo duró hasta la década de los 60 y el salón donde se celebraban estas fiestas fue progresivamente quedando en desuso y, por consiguiente, cayendo en el olvido. En la actualidad, un mobiliario deteriorado unido a la dificultad para cumplir con la normativa de accesibilidad son los principales argumentos que esgriman tanto Camiña como sus hijos parar dejar el salón tal y como está, cerrado al público. "Habría que derruirlo todo", explican.
Sin embargo, a falta de bailes, la gastronomía se fue convirtiendo en el atractivo principal de La Paloma. "La especialidad era la tortilla española que hacía mi mujer", recuerda el hombre, viudo desde hace catorce años.
Tras años de esfuerzo y sacrificio, Benjamín decidió en 1982 inaugurar el hotel La Paloma, aprovechando el tirón del Mundial de fútbol y el año Xacobeo. Entonces, dejaron la planta de arriba sin cerrar, esperando una aprobación del Plan de Ordenación que creían próxima. "Desde aquella, todavía estamos esperando", bromea. Antes que un nuevo PXOM llegarían personalidades políticas y sociales. Mariano Rajoy o Fraga fueron algunos de los políticos que pasaron por este local. Sin embargo, Benjamín, madridista hasta la médula, guarda con especial cariño la visita del presidente del Real Madrid, Florentino Pérez. "¡Hay vida! Está Florentino", sentencia cuando se le pregunta por la actualidad de su equipo. Con los años, Benjamín abriría el mesón La Paloma II y un herbolario, ambos en la calle Augusto González Besada de Pontevedra. De sus siete hijos, hasta cinco se dedican en la actualidad a regentar los establecimientos que Benjamín impulsó a lo largo de su vida.
Sin embargo, el hombre, quien reconoce que las claves son la dedicación al negocio y a los clientes, percibe cómo la tercera generación no se hará cargo de su legado. "Lo ven muy sacrificado. No quieren estar sujetos a un trabajo diario", explica Piño, uno de sus hijos.
- Descubren una fábrica clandestina y 142 kilos de tabaco de contrabando en Pontevedra
- Una campaña de firmas luchará por un parking gratuito en el Novo Montecelo
- Confirmados los 22 años de cárcel para el asesino de Jéssica Méndez
- El eterno «no dragado» del Lérez cumple sus bodas de plata: «Cualquier día se desborda»
- Medio centenar de estudiantes inicia sus prácticas de Enfermería en el área sanitaria de Pontevedra
- El Castelao más dulce
- Manuel Ruibal, urólogo: «La telecirugía y la inteligencia artificial son los grandes retos de la cirugía robótica»
- En San Blas, la rosca para la garganta tomarás