Desde los sindicatos explican que si 2012 fue un año con numerosas protestas, la primera mitad de 2013 puede ser todavía "más movida". Las principales razones para que aumente el número de movilizaciones a nivel laboral son dos. En primer lugar, apenas han cambiado las circunstancias por las que se llevaron a cabo las dos huelgas generales de 2012. No obstante, el principal detonante de las nuevas protestas puede ser la falta de avances en la negociación colectiva. Algo que, explica Ramón Vidal de UGT, es una de las consecuencias de la reforma laboral. Actualmente hay una treintena de convenios sectoriales en la provincia que han expirado y que si no se firma un nuevo acuerdo antes de julio podrían entrar en ultraactividad. Es decir, se trataría de que los convenios caducos hace un año que se prorrogaban de forma automática hasta que hubiera un nuevo acuerdo, ahora dejarían de estar en vigor. Los sindicatos acusan a la patronal de no querer firmar nuevos convenios para así recortar derechos pero advierten que a medida que se acerca julio "la tensión entre los trabajadores crece".