El vecino de Cangas acusado de intentar matar a su exmujer dice que él fue el agredido
Un agente de la Guardia Civil declara que tras su detención manifestó que "había cortado el cable del freno" del vehículo de la mujer porque "su intención era matarla"

El acusado, ayer, durante el juicio en la Audiencia Provincial. // R.V.
REDACCIÓN - PONTEVEDRA
El vecino de Cangas Cándido P.P. acusado de intentar matar a su expareja y de incumplir la orden de alejamiento sostuvo ayer su inocencia y declaró que el agredido fue él, según manifestó en el juicio celebrado en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra.
La Fiscalía pide ocho años de prisión por supuestamente haber agredido a su expareja y causar daños en los frenos de su vehículo mientras tenía en vigor una orden de alejamiento.
Cándido P.P. , aunque reconoció que era conocedor de la existencia de la orden de alejamiento, negó que causase daño al coche y que pegase a la mujer y apuntó que fue él quien acabó recibiendo los golpes por parte de ella y de uno de los testigos.
Los hechos se produjeron durante la madrugada del 2 de julio de 2011, alrededor de las 2.30 horas, en la parroquia de Coiro, en Cangas. Según la versión del acusado, acudió hasta el lugar de los hechos porque allí estaba el que había sido su domicilio conyugal, pero sin ser consciente de que incumplía la orden de alejamiento porque "ella ya no vivía allí". Fue entonces cuando en una calle próxima encontró el coche estacionado de su ex pareja y "me tumbé para ver si estaba caliente el tubo de escape".
Al ser sorprendido por la mujer y un amigo de ésta, ambos "me tiraron y me golpearon", aseguró el acusado.
Cándido P.P. explicó ante el tribunal que en aquellos momentos se encontraba en proceso de desintoxicación y que antes de los hechos "había bebido varias cervezas".
Por su parte, su exmujer, que aún está en proceso de separación, indicó que fue alertada por unos vecinos que vieron "a un hombre tumbado bajo su vehículo y que pensaban que era mi exmarido. Ya había golpeado mi coche anteriormente".
"Cuando llegué al lugar le pregunté qué hacía aquí, entonces se levantó con mucha tranquilidad. No vi qué tenía en la mano. Me decía puta, puta, te voy a matar", explicó la mujer, quien aseguró que el acusado "había tirado el cuchillo antes de tener el enfrentamiento físico". "La Guardia Civil llegó cuando un amigo nos separó", concluyó.
"Estaba borracho"
Con respecto a los agentes de la Guardia Civil que se personaron hasta el lugar, aunque no presenciaron ninguna amenaza, el agente que lo acompañó en el coche patrulla tras su detención declaró que el acusado manifestó que "el coche era de él y hacía lo que le daba la gana, por eso había cortado el cable del freno". "Dijo que su intención era matarla. El resto no lo entendí porque estaba borracho", añadió.
Tras escuchar al acusado, que únicamente respondió a las preguntas de su abogado, la presunta víctima y los testigos y guardias, la fiscal del caso decidió elevar a definitivas sus conclusiones iniciales y pedir para el procesado ocho años de cárcel, la prohibición de a acercarse a la víctima a menos de 500 metros durante seis años, el pago de una indemnización de 30.000 euros por los daños morales causados y 95 euros por los desperfectos del vehículo. El juicio quedó visto para sentencia.
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