De las 1.007 operaciones inmobiliarias contabilizadas por Fomento el pasado año en la comarca, un total de 455 (el 45%) se concretaron y cerraron en los tres últimos meses, especialmente en diciembre, un fenómeno que tiene su explicación más lógica en las prisas de última hora para aprovechar las ventajas fiscales que hubo hasta enero de 213, cuando el Gobierno central las eliminó. De hecho, en aquellas semanas postreras de 2012, las inmobiliarias de la ciudad de Pontevedra percibieron un incremento en la compraventa de viviendas que osciló entre el 20 y el 50%. Así, el 49% de todas las operaciones del año (235 de 482) en la capital se registraron entre octubre, noviembre y diciembre, mientras que en Marín supusieron el 43% (38 de 88), el 46% en Poio (38 de 82) y en 45% en Sanxenxo (121 de 267).

Otros casos

En Barro fueron cinco de las diez compras y en Portas en el último trimestre se cerró una de las dos únicas compras de todo el año. En cambio, no fue parejo este fenómeno en toda la comarca. En Vilaboa sólo se concretó una compraventa de las diez de todo el año, en Moraña fueron tres de las nueve globales; en Ponte Caldelas, solo dos de 16; en A Lama una de cinco; una de diez en Cuntis; una de cuatro en Cotobade; y ocho de 21 en Caldas.

Los expertos coinciden en que, además de la incertidumbre actual generada por la crisis económica, el principal problema al que se enfrentan aquellos que desean adquirir una vivienda es la falta de liquidez. "Los bancos están financiando una parte, sin embargo, ésta es completa si el comprador se decanta por uno de los inmuebles de la entidad", comentan desde inmobiliarias de la ciudad algo que, además de perjudicar a estas agencias, va en contra de los promotores y de los particulares, según aseguran.