El 25 de agosto de 1938 una pareja de pesqueros formada por el "San Fausto" y el "Con" regresaba desde Marruecos a Cádiz, donde tenían su base. A bordo iban 24 marineros, todos ellos gallegos, muchos de O Morrazo, y al frente estaba el patrón buenense Enrique Pereira Castro. Pero aquellos barcos y aquellos hombres nunca llegaron a su destino.

A la altura de Cabo Cantín, al sur de Casablanca, se encontraron con un buque de guerra, en apariencia inglés, que estaba cargando combustible desde otro barco, el "Saturno". En realidad era el "José Luis Díez", un destructor de la armada republicana y que se aprestaba para intentar atravesar el Estrecho de Gibraltar burlando el cerco de la flota sublevada para llegar a Cartagena, que era zona republicana.

Los marineros fueron retenidos y acabaron muriendo dos días después en medio de un fuego cruzado entre el "José Luis Díez" y el "Canarias", un destructor de la flota franquista.

Este suceso constituye uno de los episodios oscuros de la Guerra Civil y sobre el que apenas existía luz hasta hace poco. La versión difundida inicialmente apuntaba que los pesqueros eran dos "bous facciosos armados" [sic] al servicio del bando nacional. "En mi casa era un tema tabú, sólo una vez escuché hablar del asunto", cuenta Gaspar Santos Pereira, natural de Bueu y nieto de aquel Enrique Pereira.

Él es ahora patrón de pesca jubilado y reside en Cádiz, a donde se fue con sólo 16 años. Cuando hace unos años afrontaba los trámites de la herencia de sus padres fallecidos se encontró con alguna documentación que ponía en tela de juicio esa versión y más tarde se puso en contacto con José Regueira, un historiador gallego afincado en La Línea de la Concepción. "Leí un artículo suyo sobre aquellos hechos y daba a entender que los pesqueros eran barcos armados al servicio de Franco. Me puse en contacto con él para decirle que podía estar equivocado", cuenta desde Andalucía el patrón buenense.

Así comenzó una intensa investigación que tuvo uno de sus puntos culminantes con el hallazgo de una especie de diario de un tripulante, también gallego, del "José Luis Díez" y que aclaraba lo que realmente ocurrió. Los marineros fueron retenidos porque el "San Fausto" saludó, tal como estaba obligado, con la bandera nacional ya que su puerto base era Algeciras, zona controlada por Franco. Cuando estuvieron a bordo del "José Luis Díez" y los mandos comprobaron que eran simples pescadores ajenos al conflicto decidieron hundir los pesqueros y llevarse las tripulaciones a Cartagena, donde luego quedarían libres. El objetivo era evitar que desbaratasen la operación con sus comentarios al llegar a Algeciras.

Pero el 27 de agosto se encontraron con el "Canarias" y comenzó un fuego cruzado que acabó con la vida de estos marineros. Una de las bombas del destructor franquista impactó directamente en el sollado de proa, que era justo donde estaban recluidos los 24 pescadores. No sobrevivió ninguno y sólo se recuperó el cadáver de uno de ellos.

El libro que se presentará el 9 de noviembre a las 20.00 horas en Bueu es una novela titulada "Soltando amarras" y su autor es Pedro Castilla Mariñán. Él conocía a Gaspar Santos Pereira y le propuso escribir una historia al respecto. El libro se inspira en la figura de tres patrones -el propio Gaspar y los hermanos marinenses Antonio y Vicente Otero Pérez- y sirve para relatar las vivencias y las experiencias de los marineros gallegos que se establecieron en Cádiz.

La historia de la tragedia de Gibraltar se introduce porque uno de esos patrones perdió en ese suceso a uno de sus familiares y quiere averiguar lo que realmente ocurrió.

El libro ya fue presentado en Cádiz con un gran éxito. Tres de los amigos que Gaspar conserva en Bueu se están encargando de organizar la presentación en la localidad de O Morrazo y quieren que sea también un gran acontecimiento. En ese acto estarán los tres patrones, el historiador José Regueira, el autor del libro o una hermana de Enrique Pereira Castro. Entre los fallecidos en aquella tragedia había más vecinos de Bueu, Cangas y Marín y destaca el caso de un padre y un hijo, Agustín González Menduiña y Agustín González Guimeráns, y se espera la presencia de sus familiares.

"Sigo sin encontrar explicación a lo sucedido. Aquellos pesqueros de madera apenas alcanzaban seis nudos y los barcos de guerra llegaban a los 30. Lo peor fueron los comentarios y las falsedades que se levantaron después, por eso es un acto de justicia reivindicar la memoria de esta gente", sentencia Gaspar Santos.