Arrancó el único curso estival que celebrará la UNED en Pontevedra este verano y lo hizo con todo un premio Príncipe de Asturias de las Ciencias como protagonista. Amable Liñán, galardonado en 1993, participó en el curso "Energías renovables hoy, impulsando una sociedad más sostenible". Sin embargo, esta conferencia inaugural no se centró en el futuro de las renovables, sino que sirvió para encuadrar la situación actual en donde los combustibles fósiles todavía generan la mayor parte de la energía que consumimos. Liñán advierte de que hay que buscar ya alternativas ante el problema energético que se avecina: "Estamos quemando combustibles fósiles en cantidades inconcebibles para producir el 84% de la energía que consumimos", explica. Consumiendo a este ritmo, las reservas de petróleo, gas natural y carbón "acabarán por agotarse".

–De sus palabras se deduce que va a ser muy complicado cubrir el hueco que dejen los combustibles fósiles...

–Dificilísimo. Lo que sí le dijo de antemano es que la energía nuclear va a volver. Eso sin duda. Lo que pasa es que los políticos operan a corto plazo y buscan agradar, pero no están mirando los problemas reales. Sin la energía nuclear no hay salida, todas las demás alternativas que se plantean, como la producción de hidrógeno, son secundarias.

–¿Afectará la crisis al desarrollo de las energías renovables?

–Mucho, porque el dinero no sale de la nada. Es decir, las energías renovables hay que desarrollarlas eficazmente para que sean más eficientes y eso hay que apoyarlo con dinero público. El problema energético es un problema vital y estratégico porque todo desarrollo depende de ese consumo de energía que en España, por ejemplo, se multiplicó dos veces y media desde la década de los 70. El consumo de carbón, por ejemplo, se había estabilizado pero en los últimos años se ha vuelto a disparar por la incorporación de China al desarrollo industrial. La situación es gravísima y hay que resolverla, aunque parezca que los problemas más urgentes son otros.

–¿Se despilfarra mucha energía?

–Más de lo que la gente cree pero no porque se quiera, sino por la dificultad para aprovecharla. Por ejemplo, la eficiencia de transformación de la energía química en mecánica en los coches es, en las mejores condiciones, de un 25%. En ciudad la eficiencia se reduce a un 10%. Luego lo que no hay es una utilización racional de un coche por 4 personas y no solo por una sola o lo que es realmente una ostentación intolerable son los todoterrenos utilizados en las ciudades para presumir. Debería estar prohibido.

–¿En qué situación está España en cuanto a la utilización de energías renovables?

–Teóricamente bien y en la realidad menos bien. Se hicieron cosas que teóricamente eran acertadas pero con algunos aspectos intolerables. Las renovables tienen una subvención estatal y de repente aparecieron los parques eólicos, paneles solares que se traen de China y se conectaron a la red y aparecieron también las estafas como operar por la noche con gasoil para vender la electricidad subvencionada a la red. También es cierto que este sector permitió desarrollar una serie de empresas que ahora están incluso construyendo fuera del país. Con todo, el problema energético no es una cuestión de un solo país. La globalización de la economía tiene desventajas muy grandes y una de ellas es la desregulación del sector energético. El aprovechamiento por parte de las entidades financieras no para hacer inversiones en desarrollo, sino para especular. Es un problema gravísimo dejar esto en manos de los mercados, es terrible y pagaremos las consecuencias.

–¿Estamos preparados para suplir a los combustibles fósiles cuando se acaben las reservas o todavía hay que mejorar las alternativas renovables?

–Hay que investigar mucho. Durante años la ciencia ha avanzado extraordinariamente y la gente no se da cuenta del papel que han tenido en ello los estados. Véase la carrera espacial que ha contribuido muchísimo al desarrollo de la electrónica o las comunicaciones con los satélites. Existe un conocimiento pero para pasarlo a la práctica hace falta inversión. Un problema que han tenido los políticos es pensar que la tecnología se puede comprar y no es así. La tecnología que se vende está anticuada o es la que le conviene soltar a los países que la desarrollan. Y en España lo que pasa es que se está desmantelando el sistema científico. Han empezado a recortar donde ya había poco y la gente huye. La mayor parte no tiene problema en encontrar trabajo en Alemania o en otros países pero luego ni Alemania, ni los países que tengan la tecnología nos van a regalar nada. La tendrán porque la han desarrollado. La situación es muy pesimista porque todo son recortes en Educación y Ciencia. De hecho, Ciencia ha ido a parar al Ministerio de Economía, como si los economistas fueran a resolver los problemas científicos.