La Fiscalía de Pontevedra solicita 20 años de cárcel para un vecino de Poio (Pontevedra) acusado de maltratar a su pareja, a la que supuestamente sometía a malos tratos continuados y vejaciones, como encadenarla a la cama o hacerle ingerir líquido para fregar el suelo. Esta persona será juzgada el martes en la Audiencia de Pontevedra, tal y como ya adelantó FARO.

El escrito la anterior fiscal especializada en violencia de género relata que durante años, el acusado A.M.M. mantenía una relación sentimental con la víctima, fruto de la cual nacieron dos hijos, de nueve y seis años de edad. La Fiscalía indica que prácticamente a partir del nacimiento del hijo mayor, el acusado hizo objeto a su pareja de expresiones humillantes, al tiempo que le decía que si lo abandonaba, la mataría.

Asimismo, le propinaba golpes de todo tipo, empujones, tirones de pelo, patadas y controlaba todos sus movimientos, de forma que no la dejaba sola, con lo que comenzó a encerrarla con llave en casa con sus dos hijos cuando él salía. Así las cosas, la mujer interpuso una denuncia en el año 2004, de la que después se retractó, por lo que fue archivada.

Pero, según explica la Fiscalía, pasado un mes, "el acusado volvió a su actitud anterior", impidiéndole además toda comunicación con su familia, para lo que le quitó el teléfono móvil y el dinero, que él guardaba. "Vivía en un estado total de aislamiento", relata el Ministerio Público.

En el año 2008, "en una de tantas discusiones que tenían", apunta el fiscal, le provocó una herida en la cabeza de la que le quedó una cicatriz permanente. Además, empezó a pegarle con la hebilla del cinturón, y a azotarle con cuerdas en la espalda, de forma que dejó a la mujer numerosas cicatrices.

"Durante ese año le hizo en una ocasión beber líquido de fregar el suelo, pasándose ella toda la noche vomitando", añade el escrito de acusación. Supuestamente fue a partir de ese momento que ella expresó su intención de marcharse de casa, pero él respondió atándola con cadenas "que ponía alrededor de su pie o cuello y ataba a la pata de la cama, cerrándolas con candado". Esta conducta la habría mantenido el acusado hasta, más o menos, principios del año 2009.

El informe forense que acompaña la acusación de la Fiscalía detalla una extensa relación de cicatrices que presenta la mujer en diferentes localizaciones, entre las que destaca una en la mano derecha provocada por una quemadura que el acusado le produjo con una sartén, y dos en el antebrazo "por la acción de un arma blanca".

Supuestamente las agresiones se producían en la vivienda común y muchas veces delante de sus hijos. A consecuencia de todo lo expuesto, la mujer sufre un trastorno de estrés postraumático, "siendo una mujer totalmente dependiente con escaso apoyo social laboral, económico y familiar".

El problema con el que se encontrará la Fiscalía es que la mujer presentó un escrito retirando todas las denuncias formuladas contra su pareja y solicitando el archivo de su procedimiento.