Las infracciones entre los propietarios de perros potencialmente peligrosos se están multiplicando en los últimos meses en Pontevedra de tal forma que solo en lo que llevamos de mes la Policía Local impuso ya 27 denuncias a 14 propietarios de canes. Desde el inicio del 2012, el número de infracciones detectadas asciende a 47 denuncias a 26 propietarios, la mayoría (un total de 22) por carecer de la pertinente licencia. En siete ocasiones el animal no contaba con el seguro que exige la ley para los perros de estas características, y en otros siete casos se encontraban en la vía pública sin bozal, ni correa una falta considerada como grave. Otros siete no estaban censados y en tres casos la multa se impuso por encontrarse los perros sueltos.

Desde la Policía Local recuerdan que existe una normativa clara y que es necesario cumplir. Saltársela implica molestias para la ciudadanía de diversa índole que pueden ir desde el deterioro que estos animales pueden causar en los jardines públicos al temor e intimidación que infunden en niños y ancianos si estos animales se encuentran sueltos o no cuentan con las medidas de protección adecuadas.

Para evitar que el número de denuncias por infracciones en la tenencia de perros potencialmente peligrosos siga aumentando, la Policía Local recuerda a sus propietarios que deben cumplir una serie de obligaciones como responsables finales de las acciones de estos animales que se encuentran bajo su custodia. El decreto 90/2002 de la Xunta pretende garantizar una posesión y educación responsable de estas mascotas, con el objeto de evitar hipotéticas situaciones de peligro, ya que insisten en que estos animales, en sí mismos, no son peligrosos.

Se considera un animal potencialmente peligroso aquel que sea susceptible de ocasionar la muerte o lesiones graves a personas o a otros animales. En el caso concreto de los perros, se consideran potencialmente peligrosos aquellos que pertenezcan a cualquiera de estos grupos: En primer lugar, los que ya tuvieron episodios de agresiones a personas o ataques de cierta entidad a animales o cosas anteriormente. También los que fueran entrenados para la guarda o la defensa. En tercer lugar aquellos que pertenezcan a las razas pit bull terrier, staffordshire terrier, american staffordshire terrier, rotweiler, dogo argentino, fila brasileño, tosa inu y akita inu.

Para poseer un animal potencialmente peligroso es necesario obtener una licencia administrativa del municipio en el que se reside y que se deberá renovar cada cinco años. Para ello es requisito ineludible presentar, entre otra documentación, una fotocopia del DNI que acredite la mayoría de edad, un certificado de antecedentes penales, otro de antecedentes por infracciones administrativas, un certificado de capacidad física y aptitud psicológica y la formalización de un seguro de responsabilidad civil por cada animal con una cobertura mínima de 125.000 euros (póliza que debe renovarse anualmente). Además, debe esar inscrito en el registro municipal de este tipo de animales e identificarlo con el microchip homologado que es obligatorio en todos los perros.

En lugares públicos, siempre deben usar bozal y una correa no extensible

La Policía Local recuerda que los perros potencialmente peligrosos no pueden encontrarse en los lugares públicos de cualquier manera. Explican que deben portar siempre un bozal adecuado y permanecer controlados por su dueño con una cadena o correa no extensible. Además, la extensión de esta correa no podrá ser nunca superior a dos metros. Asimismo, debe llevar consigo la licencia municipal y la certificación acreditativa de la inscripción del perro en el registro de animales potencialmente peligrosos.

Menores de 16 años

Por último, no se puede llevar a más de un animal de estas características al mismo tiempo y nunca podrán ser conducidos por un menor de 16 años.

La ley contempla multas de hasta 15.000 euros

La legislación contempla multas de entre 2.400 y 15.000 euros para las infracciones calificadas como muy graves que son abandonar un animal de este tipo, identificado o no, así como tener este tipo de perros sin la correspondiente licencia. Asimismo, se establecen multas de entre 300 y 2.400 euros para las faltas graves. Entre otras se citan, por ejemplo, no inscribirlo en el registro o tenerlo en un lugar público sin bozal o correa. Para las faltas leves se reservan multas de entre 150 y 300 euros.