El barrio que conforma la carta de presentación de Pontevedra desde el vecino municipio de Poio, ha experimentado en las últimas décadas una profunda renovación, motivada por los sucesivos planes de expansión urbanística. El crecimiento de la ciudad ha supuesto que muchas de las construcciones tradicionales de este barrio marinero fuesen sustituidas por los actuales bloques de viviendas.

El Paseo de Colón, la calle Echegaray y sus inmediaciones son ahora el próximo objetivo de los planes de reforma urbana. En este caso las obras están condicionadas por un estudio de movilidad, que prevé algunas variaciones del sentido del tráfico en estos viales.

La reforma viaria en estudio, motivada principalmente por la próxima entrada en funcionamiento del nuevo puente de As Correntes, motivará la próxima remodelación de las vías que confluyen en el puente de A Barca. Así, y a expensas de alguna modificación "puntual" de última hora, el gobierno local prevé implantar la dirección única, de entrada, en el puente de A Barca, lo que afectará también a las calles próximas.

Al convertir A Barca en un vial de entrada a la ciudad, todo el tráfico que proceda de ese punto se canalizaría por el paseo de Colón (que conservará su dirección actual), así como por Alfonso XIII que, en cambio, invertiría el sentido circulatorio. Con A Barca con sentido de entrada, la salida de la ciudad se realizaría por el nuevo viaducto de As Correntes y por Domingo Fontán.

Alfonso XIII

En cuanto al Paseo de Colón mantendría la fisonomía actual, ya que recibió una mejora hace solo unos años, pero habría cambios notables en el resto. Además de cambiar de sentido Alfonso XIII, por donde los coches se encauzarán hacia la plaza de Concepción Arenal, Echegaray recibiría una notable reforma urbana, como calle comercial. Mantendría un tráfico limitado y con la misma dirección que la actual, pero no para dirigir los coches hacia el puente, sino como vial de distribución del tráfico de servicio, hacia Colón y Alfonso XIII. El Concello apuesta, en principio, por una actuación similar a Michelena, donde se otorga preferencia a los peatones pero se admite el tránsito, con ciertas restricciones.

En cuanto al tráfico que llegará por Alfonso XIII a la plaza de Concepción Arenal, desde allí se estudian dos posibilidades, que continúe por General Martitegui hacia la plaza de España, o por la Rúa da Barca hacia la avenida de Uruguay.

Este proyecto ha suscitado algunas quejas entre los vecinos y comerciantes. Critican la "falta de consenso" sobre el plan y la imposición de una reforma "muy arriesgada" para el futuro económico del barrio. Algunos pequeños comerciantes y hosteleros de la zona de Echegaray, Paseo de Colón, Alfonso XIII y aledaños creen que el gobierno local no ha meditado suficientemente la implantación de la reforma viaria propuesta por la empresa que ha elaborado este plan de movilidad. Los críticos con la medida argumentan que aunque esta zona se integra en el centro de la ciudad, no es un lugar por el que los ciudadanos paseen o disfruten de sus horas de ocio en la calle (como podría ser el centro histórico, A Peregrina, o Michelena), sino que es un barrio de mayor actividad profesional, en el que se hace necesario el vehículo.

Preocupación

En esta preocupación coinciden principalmente los comerciantes de Echegaray, que explican que la actividad económica de la calle se basa en que es suficientemente ancha como para transitar en vehículo, detenerse a las puertas del comercio, recoger el producto adquirido y continuar la marcha. Temen que al perder la movilidad en vehículos a motor, el pequeño comercio pueda resentirse.

Por eso algunos pequeños empresarios de la zona han propuesto al gobierno local que implante estas medidas de forma paulatina, para comprobar el efecto que van teniendo sobre las empresas, antes de aplicar una reordenación "tan drástica".

Por otra parte, admiten que con la reforma viaria estas calles se beneficiarán de mejoras estéticas, como aceras más amplias y nuevo mobiliario urbano.