José Antonio Rueda Crespo, que fuera senador entre 1982 y 1989 y ocupó la vicepresidencia de la Diputación de Pontevedra con Mariano Rajoy de 1983 a 1986, entre otros cargos, falleció ayer en Pontevedra a los 73 años de edad. Aunque nacido en Jaén en marzo de 1938, su vida ha estado siempre vinculada a Pontevedra, donde residía. Estaba casado y tenía cuatro hijos, entre ellos Alfonso Rueda Valenzuela, actual conselleiro de Presidencia.

José Antonio Rueda era muy conocido en la ciudad. Su capilla ardiente está instalada en el tanatorio de San Mauro, donde la familia recibe innumerables muestras de pésame y condolencia. Sus restos mortales son incinerados hoy en la intimidad, mientras que para el lunes se ha programado un funeral, a las 20.00 horas, en la basílica de Santa María.

Era ingeniero agrónomo de profesión y fue jefe provincial del IRYDA en Pontevedra, pero su trayectoria vital ha estado marcado por su actividad política y su estrecha colaboración, hace treinta años, con el actual presidente del Gobierno. Una de sus etapas de mayor presencia pública y política se registró durante sus años como vicepresidente de la Diputación, en la que actuó como verdadera "mano derecha" de Rajoy, que presidió la institución entre junio de 1983 y diciembre de 1986. En esa época fue el responsable, entre otros muchos proyectos, de la restauración del Castillo de Soutomaior, uno de los actuales emblemas de la entidad.

Siete años en el Senado

En esa época ejerció como concejal en el Concello de Silleda, pero también ocupó durante dos legislaturas un escaño en el Senado. Entre noviembre de 1982 y abril de 1986 actuó en la Cámara Alta en representación de la coalición electoral Alianza Popular-Partido Demócrata Popular. En el mandato siguiente, logró repetir escaño, bajo las siglas de Coalición Popular, ya que era militante de Coalición Galega. Sin embargo, esta segunda etapa en el Senado estuvo marcada por el "golpe" que el entonces vicepresidente de la Xunta, José Luis Barreiro, protagonizó en 1986 contra el titular del Ejecutivo, Gerardo Fernández Albor. Rueda Crespo se manifestó favorable a las posiciones de Barreiro, que no logró su objetivo, y la actividad política del senador pontevedrés cayó entonces en un segundo plano, hasta el punto de que poco después, en 1987, pasaba al grupo mixto hasta abandonar la Cámara en septiembre de 1989.

Este mismo declive público se produjo en la Diputación. Después de ser durante más de tres años la "mano derecha" de Rajoy en esa institución, el frente formado por el propio Rajoy, Manuel Fraga y José Manuel Romay contra el "golpe" de Barreiro, apoyado por Rueda Crespo, dejó al político pontevedrés en una situación muy delicada.

Las crónicas de la época recuerdan que en aquellos momentos, Rueda Crespo, muy vinculado al sector agrícola por su profesión de ingeniero agrónomo, tenía programada para el fin de semana del cisma un viaje a Alemania para adquirir, por cuenta de la Diputación, unas vacas frisonas. Poco antes del viaje, José Antonio Rueda compareció públicamente para mostrar su apoyo al entonces vicepresidente de la Xunta, pero al regresar de Alemania se encontró con que aquella maniobra contra Albor había fracasado.

Fue entonces cuando Mariano Rajoy abandonó con urgencia la dirección de la Diputación pontevedresa para ocupar la vicepresidencia de la Xunta, como refuerzo de Fernández Albor. Y no fue Rueda Crespo el elegido para sustituirlo, ya que Rajoy apostó por el vigués Fernando García del Valle.

Recuperado por Cuiña

Con esta medida, la estrella política de Rueda Crespo dejó de brillar, al menos temporalmente, si bien se mantuvo fiel a Coalición Galega y en un segundo plano público. Fue con la llegada de José Cuiña Crespo a la Xunta con la que el pontevedrés fue recuperado para ocupar cargos autonómicos, entre otras razones por el reconocimiento del Partido Popular a su labor a favor de la "integración" y la unificación del centro-derecha gallego bajo las mismas siglas. En este "regreso", Rueda Crespo fue nombrado jefe del servicio de Costas de Pontevedra, que dependía del Ministerio de Medio Ambiente.

En todo caso, llevaba varios años apartado de la vida pública debido a su delicado estado de salud. José Antonio Rueda, que había recibido la Encomienda de la Orden Civil del Mérito Agrícola, estaba considerado, entre otras muchas virtudes, como "todo un caballero".