La asociación de madres y padres del colegio Inmaculada organizó ayer una charla del conocido juez de Menores granadino Emilio Calatayud cuyas curiosas sentencias han sido muy comentadas frecuentemente. Durante su charla, que fue seguida con gran interés por los asistentes, diseñó con claridad la problemática de los menores desde muchos aspectos dejando a la vista problemas reales y contradicciones de la propia ley al respecto.

¿Qué está pasando con los menores?

Está claro que en este momento se necesitaría revisar con profundidad la situación. Hay una violencia creciente de hijos hacia sus padres. Existe una permisividad excesiva que los menores mal interpretan y eso se refleja en su comportamiento y creo que en los últimos 15 años se han perdido muchos valores y se siguen perdiendo.

La ley no está muy clara en algunos aspectos. ¿No cree?

Efectivamente, en el caso de la autoridad de los padres hay una laguna importante porque se les desautoriza por un lado y se les otorga mucha responsabilidad por otro y a veces los padres se encuentran indefensos ante el comportamiento de los menores.

¿La desestabilización familiar puede ser una causa determinante?

Por supuesto. Estamos en una época de pérdida continua de valores; nos da miedo hablar de autoridad, de respeto y, aunque a veces se hable mucho, se lleva poco a la práctica. Falta inculcar esfuerzo y generosidad y en ello tiene mucho que ver esa situación de algunas familias.

¿Y la escuela qué parte de responsabilidad tiene?

También se ha perdido mucho la autoridad del profesorado. Aquí todo vale y entre todos estamos creando una juventud que no admite la frustración ni oír un no de alguien. Respecto a la escuela está claro que se ha rebajado el nivel. Yo el año pasado he condenado a 20 jóvenes a aprender a leer y a más de 200 a sacar el graduado y eso, en el siglo XXI, es mucho decir cuando la enseñanza es obligatoria.

¿Es necesario un pacto por la educación?

Y no solo eso sino un pacto por el menor para hablar de sus derechos pero también de sus obligaciones en la familia, en la escuela, en la sociedad. Creo que es necesario redefinir qué es un menor

Cosas como el botellón...

Yo lo prohibiría porque involucra a los menores que si quieren beber deberían hacerlo en su casa y bajo la responsabilidad de sus padres. Potenciar esa cultura convierte a España en el lugar de cachondeo de toda Europa.

La ley tiene lagunas en este campo.

Por supuesto, por ejemplo me parece una barbaridad que una cría de 13 años pueda consentir relaciones sexuales o que una de 12 pueda comprar la pastilla del día después y no pueda mantener relaciones sexuales; que una chica de 13 años pueda consentir relaciones sexuales y no pueda ser acusada de un delito por no tener 14; que una cría de 16 años pueda abortar sin conocimiento de sus padres y, sin embargo, tenga que ir a declarar ante el juez acompañada de ellos... Son contradicciones absurdas que los menores que no son tontos las utilizan.

¿Qué busca usted con su periplo de conferencias?

Informar sobre todo. Los jóvenes deben conocer la ley, sus derechos y las consecuecias de sus actos, y sinceramente creo que la mejor forma de prevenir es informar y entiendo que también esto forma parte de la labor del juez.