Pontevedra acoge hoy el Congreso "Coaching para crear futuro" que tiene como objetivo profundizar en conceptos como liderazgo y la dirección de equipos desde la perspectiva empresarial y deportiva, algo tan necesario en tiempos de crisis. Roberto Luna, catedrático de la Universidad de Valencia y autor del libro "Despierta el talento", será uno de los ponentes.

–¿Qué es lo que va a exponer en esta conferencia y cómo el "coaching" puede ayudar al tejido empresarial, tan débil actualmente por la crisis?

–Voy a hablar principalmente del concepto de gestión del talento y de una de sus herramientas más eficaces que es el "coaching" ejecutivo. Voy a trabajar la idea de que en las organizaciones hay dos áreas principales que tenemos que desarrollar que es la potencialidad de crecimiento de las competencias profesionales de todos los directivos y de los mandos; y en segundo lugar cómo trabajar la productividad. Frente a esta gestión del talento contrapongo las organizaciones, que actualmente son la mayoría de los casos tanto públicas como privadas, que están basadas en la confianza, el poder o el amiguismo y que de alguna manera generan entornos de confianza pero de muy poco crecimiento tanto profesional como competitivo. Este modelo podía ser válido en época de bonanza, pero en momentos de crisis que requieren la máxima competitividad estas organizaciones están cayendo.

–¿Cómo se incorpora el "coaching" a este sistema?

–La verdad es que gestión del talento y "coaching" tienen definiciones muy parecidas. El talento es más estratégico y el "coaching" más operativo. Cuando ya tienes las ideas para desarrollar a tus profesionales y obtener su máxima profesionalidad el "coaching" se convierte en una herramienta muy poderosa porque en realidad lo que hace es marcar objetivos a todos los profesionales y además acompañarlos en el cumplimiento de los mismos. El "coach" nunca le dice al directivo lo que tiene que hacer pero sí se base en su experiencia para lograr que este dé lo mejor de sí mismo.

–¿Cuál es el perfil que debe tener el líder de una empresa?

–Yo siempre hago un matiz porque distingo entre lo que llamamos jefe, que es lo que tenemos ahora, y que se define como quien ostenta el mando de la organización; y un líder. Ahora lo que necesitamos son líderes, profesionales capaces de promover innovación, motivar y sacar lo mejor de la gente, que trabajen desde un equilibrio emocional y no desde el estrés que es donde están ahora todos instalados, que sean capaces de distinguir lo importante de lo urgente, líderes que tienen una mirada diferente a los que yo llamo líderes con la mirada del talento.

–¿Un líder se crea o por el contrario nace?

–No. De hecho, escribí un libro anterior a "Despierta el talento" que se titulaba "Un líder no nace, sino que se hace". Yo le llamo el viaje hacia el talento. Es cierto que cada persona tiene un punto de partida diferente en este viaje. Es distinto en aquella persona que ha crecido en un entorno de confianza y a la que le han dado responsabilidades y toma de decisiones que en quien no ha tenido estas condiciones.

–¿Se puede desarrollar liderazgo aunque no sea desde un puesto directivo o ejecutivo?

–Sí, por supuesto. No necesitamos estar en una multinacional para aplicar estos sistemas. Sencillamente llevar tu propia vida ya exige un liderazgo. Se puede desarrollar a muchos niveles y cualquier profesional puede realizar este viaje al talento.

–¿Son muchas las empresas que dedican recursos al "coaching" en la actualidad?

–Los datos que aportan las investigaciones más recientes indican que solo 1 de cada 10 empresas dedican recursos al desarrollo de una mentalidad y talentos altos. Estos mismos datos indican que 2 de cada 10 ya se plantean hacer algo en esta materia. Pero lo importante es que actualmente solo 1 de cada 10 hace los deberes que es contar con un plan de desarrollo profesional tipo "e-learning", "coaching", u otros modelos que ya sé que acaban en "ing" y que no son muy "vendibles" pero sí que son técnicas que permiten el desarrollo profesional. El problema es que 8 de cada 10 empresas todavía están anquilosadas en un modelo de más de 40 años de antigüedad y que son las que sufren con la crisis.