Con la llegada del frío y las lluvias los escaparates empiezan a llenarse de adornos navideños, y el menú de las reuniones familiares y la lista de regalos centran las preocupaciones de la mayoría de las personas. Aunque no en todos los hogares se repite el mismo esquema, en los de los miembros de una de las comparsas más populares de Poio, "Os Canecos", han saltado directamente a la próxima estación del calendario festivo: el Carnaval, que no llegará hasta mediados de febrero.

La maquinaria echó a andar hace casi dos meses, justo después de las fiestas de la virgen de la Merced, con la confección de la lista de 55 personas que formarán la comitiva este año. El responsable de la organización, Mundo, reconoce que aunque para este año había bastantes vacantes "pero se cubrieron en un mes porque había gente esperando desde el año pasado".

Así cuando faltan casi tres meses para que les toque salir a la calle, cada sábado toman el colegio de Viñas donde los elegidos -entre los que hay bailarines de ocho años hasta los 82 del más veterano- ensayan formaciones, aprenden giros y memorizan pasos para no desentonar en la coreografía de grupo que recorre el patio, mientras el común de los mortales empieza a elaborar su carta de deseos a los Reyes Magos.

Su otra gran baza para conquistar a los jurados, además del baile que repetirán hasta la saciedad hasta la llegada de Don Carnal, es el vestuario cuyo diseño será un misterio hasta la primera salida, al carnaval de Lalín.

Con el diseño ya cerrado, ahora buscan las telas repletas de brillos, las piezas de lentejuelas y las plumas con los que, en unos días, un grupo de mujeres comenzará a confeccionarlos, todos los lunes y jueves, también en el centro escolar de la parroquia, que se convierte por unos meses en su cuartel general.

Sin crisis

"No queremos que nos afecte la palabra crisis", apunta Mundo saliéndose de la tendencia general estos días. La comparsa pondrá al mal tiempo buena cara y mantiene su presupuesto de 12.000 euros que se van en desplazamientos, comida y vestuario principalmente.

Además de la "participación" que pone cada componente, los fondos salen principalmente de los premios obtenidos el año anterior, por lo que la puesta en escena del espectáculo de este año deberá estar a la altura para garantizar que la formación vuelva a desfilar a la calle en 2013.

La clave está, asegura el responsable, en mantener la media "de tercero o cuarto puesto que conseguimos en casi todos los desfiles a los que vamos, aunque en el de Sanxenxo llevamos dos años consecutivos siendo primeros". Es de ahí de donde salen el dinero para presentarse en apenas dos semanas, en nueve pueblos distintos, porque la comparsa se hace cargo "del transporte y la comida aunque si es un sitio cerca llevamos bocadillos, para ahorrar".

Con veintitrés años de Carnaval a sus espaldas, Os Canecos utilizan su veteranía para elegir las paradas que realizará su caravana, que se mueve solo los fines de semana, martes de Entroido y miércoles de ceniza: desde Lalín a Pontevedra, con un alto en el desfile "de casa" en Poio donde cargarán pilas para ir a Arcade, Pobra do Caramiñal, Ponte Caldelas, Portas, Sanxenxo y Marín.

Una "rondalla" tradicional, con cuarenta componentes y la música y las letras satíricas eran las únicas protagonistas. Así nacieron "Os Canecos" hace más de dos décadas. Quién iba a decirle a aquella pandilla de amigos que, trece años después iban a convertirse en unos habituales del Carnaval de la comarca, aunque con una indumentaria donde mandan las brillantinas y las plumas.

Sin embargo, arriesgarse para importar los aires cariocas a unas fiestas en las que, a pesar de que es cada vez más habitual, todavía manda la parodia y la burla les ha dado buen resultado, no hay más que ver el ánimo con que todos, pequeños y mayores, preparan su próxima aventura.