La imagen de la mujer a lo largo de la historia del cine a través de la cámara, cómo es y cómo se la ve en pantalla, centró la ponencia de la profesora de Historia Contemporánea de la Uned, Josefina Martínez, dentro del curso “Mujeres en acción”. La ponente hizo un repaso desde los años 20, principios de la producción cinematográfica, aunque el cine comience en 1896, hasta la actualidad con películas como Avatar.

-¿Cómo cree que ha evolucionado el papel de la mujer en el mundo del cine?

-Sigue manteniendo esa dicotomía entre la mujer pura, la madre, la esposa y la que renuncia y luego la sombra de la mujer, las perversas, las que hacen perder a los hombres la cabeza. En esa pluralidad, en esa diferencia, es en lo que se sigue basando el cine hasta los cambios que se producen a raíz de la revolución feminista de los años 70 y que prácticamente dan un pequeño modelo de mujer equiparable al del hombre ya en los años 80 y 90.

-¿Cree que las mujeres tienen más dificultad para acceder a papeles protagonistas?

-Sí, es verdad que las mujeres tienen muchísimo menos protagonismo. Los estudios que se han hecho sobre la participación femenina en la industria cinematográfica, por ejemplo, afirman que de las 250 películas más taquilleras de la industria norteamericana solo hay un 16% de directoras y solo un 20% del equipo de la industria son mujeres y prácticamente el 90% del sector está hecha por hombres. Hay pocas películas con temas femeninos, dirigidas por mujeres. Sí hay grandes intérpretes, pero realmente es un sector hecho por y para los hombres y en muchos casos para espectadores masculinos.

-¿Por qué cree usted que le cuesta tanto a la mujer llegar a puestos importantes en el cine?

-Creo que tenemos un hándicap muy grande, aunque parezca antigua decirlo, con la maternidad. En ese momento en el que decides que vas a ser madre, tu carrera se para por mucho que haya leyes que respalden la decisión. La dedicación a la familia sigue estando en un primer plano para la mujer. Para el hombre no, ellos trabajan para la familia y la mujer se ocupa de cuidar a la familia. Esa es una diferencia muy grande, el concepto de familia. Además, sigue habiendo un techo de cristal, pero no solo en el cine. Las mujeres al llegar a un nivel paran.

-¿Por qué hay menos papeles protagonistas para la mujer al pasar los 50 años?

-La mujer sigue siendo un objeto de deseo. Un objeto de belleza que va acompañando al héroe y que tiene que ser bello, joven y excitante. En cambio una mujer madura ya no tiene esas características, se acerca más al modelo de madre que tiene que ver con otro concepto distinto. Por eso hay esa diferencia.

-Por todo lo que está contando, ¿opina qué el papel de la mujer no evolucionó demasiado en todos estos años?

-No. Por lo que llevo escuchando en las ponencias del curso sobre la mujer, la mala noticia es que seguimos en el siglo XVI. La noticia buena es que hay cosas que cambian y tenemos un mayor conocimiento que nos permite tener más opciones.-¿Seguimos entonces un poco estancadas?

-No seguimos estancadas. Lo que pasa es que las teorías de los moralistas del siglo XVII las tenemos metidas a martillo tanto los hombres como las mujeres. Entonces romper la estructura patriarcal es muy difícil porque te cargas la economía, la familia, el dominio masculino. Pero aún así hay esperanza. De hecho todas trabajamos y somos grandes profesionales.

-Pero la mayoría de sectores siguen muy masculinos, ¿por qué se nos cierran puertas continuamente?

-Es que nosotras no dejamos el poder de la casa. Un día hay que elegir entre trabajo o familia y las mujeres no lo tenemos tan claro.