Captar a toda costa el máximo de clientes. La Dirección Xeral de Mobilidade –dependiente de la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras– ha enviado inspectores a la dársena de A Laxe ante la feroz competencia desatada entre las navieras que operan entre Vigo y Cíes para ganar viajeros. Esta "guerra empresarial" se ha acentuado desde la puesta en marcha de la central de reservas. Con este sistema informático, que falla con frecuencia, la Xunta controla que no se rebase el cupo de 2.000 pasajeros diarios establecido por el Parque Nacional. No hay un número de plazas asignadas a cada compañía y son los usuarios los que eligen con qué empresa viajar sin ninguna restricción.

Ante este nuevo panorama, algunas navieras se las ingenian para atraer más pasajeros. Fuentes del sector afirman que algunas armadoras incumplen aposta los horarios establecidos de salida retrasando "hasta quince o veinte minutos" la partida del barco del muelle vigués para aumentar la ocupación, ofreciendo así más tiempo a los usuarios indecisos o "tardones" para que compren el pasaje en su taquilla y no en la de al lado. Esta práctica ya ha desencadenado quejas entre los pasajeros. "Esta situación se produjo con mayor intensidad a principios de agosto, cuando no se alcanzaba el cupo de 2.000 visitantes con un día de antelación a los viajes", señalan desde una naviera.

Pero las variaciones de horario no suponen la única artimaña que han podido observar los usuarios en el entorno de A Laxe. Los azafatos o azafatas contratados por las compañías para embarcar a los clientes también tienen encomendadas otras tareas aparte de informar y guiar a los pasajeros a bordo del barco. Desde el sector alertan que los empleados "de algunas empresas" se encargan de dirigir a los turistas que llegan a la Estación de Ría a la taquilla de la compañía para la que trabajan.

Cada naviera tiene asignados horarios diferentes –en la medida de lo posible– para evitar colapsos en los pantalanes y ofrecer una oferta horaria más amplia. "Tanto el puerto de Vigo como el de Cíes están al milímetro. Salen unos barcos y entran otros. Si hay retrasos en una embarcación, nos afecta a los demás", se quejan desde una naviera.

Una portavoz de otra empresa de transporte de ría confirma haber visto esta semana en varias ocasiones a un inspector de la Xunta en la Estación de Ría –se identificó en las taquillas– y en el propio muelle "para comprobar que se estaban cumpliendo los horarios". "Llevan toda la semana haciendo revisiones", dice una tercera compañía. Desde la Dirección Xeral de Mobilidade constatan que "se han efectuado varias inspecciones", aunque matizan que todavía queda analizar el resultado de dichos controles. La Autoridad Portuaria se limita a "velar por que no se infrinjan los horarios y los atraques".

Cambios de última hora

La portavoz de Nabia, una de las navieras que opera entre Vigo y Cíes (además de Mar de Ons, Cruceros Rías Baixas y Rías Gallegas), admite que con la temporada ya iniciada solicitó una modificación de horario. Concretamente reclamó cambiar la salida de Vigo de las 10.45 horas. "Desde este lunes salimos a las 11.00 horas y tenemos autorización. Antes apenas nos daba tiempo a embarcar a la gente; llegábamos muy justos de Cíes", argumenta. Desde la competencia critican que "no se puede cambiar las reglas del juego en mitad de la temporada". Y es que la "batalla" empresarial en el transporte de viajeros a la isla está servida.