La vieja casa expropiada hace años por Autopistas cuando ejecutó el nudo de O Pino, y que desde entonces permanece ocupada por varias personas de etnia gitana, será finalmente derribada si se cumplen las previsiones del proyecto que maneja el Ministerio de Fomento para remodelar ese conflictivo cruce.

El nudo de O Pino se ha convertido en el principal caballo de batalla entre el BNG y el PP por un lado, y el PSOE, por el otro, por la posibilidad de que se mantenga como punto de inicio de la A-57 o de la circunvalación, o de ambas. Nacionalistas y populares se oponen a esa posibilidad, mientras que los socialistas niegan que en ese punto vaya a arrancar la A-57, pero no acepta que figure por escrito ese compromiso.

Paralelamente a esta discusión, Fomento diseña desde hace un año un proyecto específico para remodelar el nudo. Según las explicaciones que el PSOE ha planteado a los vecinos afectados, la rotonda actual de la carretera de Vigo será bastante más amplia, hasta abarcar el espacio que ocupa esa casa expropiada, de ahí que está prevista su demolición.

La otra rotonda del nudo, donde enlazan la circunvalación procedente de Marín con la carretera a Bora, será eliminada. En su lugar se creará otra glorieta en la propia carretera de Vigo, al otro lado del viaducto que la sobrevuela.

La intención de Fomento es crear varios ramales que permitan el acceso directo desde la ronda de cuatro carriles que procede de Mollabao, hacia la carretera de Vigo, en dirección sur, de modo que se eliminaría parte de la circulación que ahora tiene que acceder irremediablemente al nudo de O Pino. Curiosamente, el concello propuso en su día a Fomento la apertura de ese ramal, pero el ministerio se opuso por dificultades expropiatorias.