El grupo de gobierno no logra que el pleno renueve el contrato de basuras

Julio Santos Pena / MARÍN

La recogida de basura en el ayuntamiento de Marín se ha convertido en una incógnita de futuro inmediato toda vez que el pleno rechazó la propuesta del grupo de gobierno para la renovación del contrato del servicio a la empresa Urbaser que viene prolongando el mismo desde el mes de enero último en que debería haber vencido ya.

La razón de este problema estriba en que el gobierno en minoría perdió la votación, ya que Bloque y Partido Popular negaron el apoyo a la propuesta y, para remate, la ex concejala socialista Rocío Rodríguez apuntilló el acuerdo votando también en contra por lo que, de no haber algún remedio técnico de última hora, cosa al parecer bastante difícil según fuentes consultadas por este periódico, habrá que rescindir definitivamente el contrato a Urbaser y convocar nuevo concurso del servicio que entrará en nuevas dimensiones económicas de imprevisibles consecuencias.

La nave de operaciones

Tanto PP como BNG votaron en contra haciendo responsables a los miembros del grupo de gobierno de la situación creada y fijaron el principal problema en el incumplimiento de la empresa que, en el período de un año tras la firma del contrato hace ya casi cinco, debería haber construido una nave de operaciones propias en el término municipal de Marín habiendo estado utilizando las de propiedad municipal en la antigua Sacoa. El nacionalista Manuel Ruibal rechazó toda responsabilidad de su grupo ante esta situación y estimó que ahora el gobierno local echará el problema sobre los propios vecinos. Criticó la falta de interés por buscar apoyos del gobierno y anunció que "votaremos non porque non nos gusta esta forma de proceder".

Por su parte Santiago Pazos del PP dijo que se debió hacer cumplir el contrato a la empresa e incidió en la situación de debilidad del gobierno local tras la "fuga" de Rocío Rodríguez anunciando además que su grupo estará muy vigilante a lo que va a suceder a partir de ahora.

Finalmente Rocío Rodríguez se erigió en la ganadora de la batalla e incidió en los razonamientos de los miembros de la oposición a los que aludió como "mis compañeros" y criticó duramente la política del gobierno local del que formó parte hasta hace unos meses y en especial la del concejal de servicios Portela Pazos. Al final los 11 votos en contra tumbaron uno de los asuntos más importantes de la política del gobierno local que ahora tendrá que hacer encaje para salir de este atolladero.

Como suele ser habitual últimamente en cada sesión del pleno, desde los asientos del público se produjeron risas, aplausos e intervenciones que obligaron al alcalde a pedir respeto por la institución. Una pancarta se hizo notar en la sala durante toda la sesión.

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