El retén de bomberos de Pontevedra estaba integrado ayer por tres funcionarios (un cabo, un conductor y un bombero), además del telefonista. Una situación que se repetía por tercera vez en el mes (lo mismo había ocurrido los días 17 y 21) y que el sindicato CC.OO puso de ejemplo para avalar sus reiteradas denuncias de déficit de personal y de riesgo para la población pontevedresa.

En plena polémica por las carencias del parque municipal de extinción de incendios, el concello aprobó la contratación de tres bomberos interinos para cubrir las vacantes de la plantilla actual. "No es una solución, es un mal parche" sostiene el secretario local de la Federación de servicios y administraciones públicas de CC.OO, Antonio Miralles, quien, sin embargo, ya anunció que no recurrirán la medida.

Miralles explicaba ayer que los bomberos deben ser funcionarios ya que, en determinadas situaciones, asumen funciones de autoridad (limitan la libre circulación de personas y vehículos, ordenan desalojos, etc) y precisamente por esta esta cualidad de agentes de la autoridad habían sido excluidos de la lista general de sustituciones pactada por el Concello y los sindicatos en el año 2004 a los policías y bomberos cuyas plazas tenían que ser necesariamente cubiertas por oposición, recordaba ayer Millares.

Déficit de formación

Antonio Millares explicaba que los bomberos y agentes locales que aprueban su oposición deben después realizar prácticas y un curso de formación antes de incorporarse a su plaza, por lo que los tres interinos -aunque hayan aprobado en la última convocatoria los exámenes- carecen de la formación adicional.

CC.OO y UGT reclamaban la contratación de, por lo menos, seis bomberos en el presente año y cuatro más en el 2006 para elevar los retenes de cinco a siete y de siete a ocho.