El pequeño comercio no atraviesa sus mejores momentos y en aproximadamente 10 días de fiestas logra cubrir sus objetivos mensuales. A mayores, la ocupación de hoteles y hostales se encuentra en uno de sus picos anuales y suspender las fiestas provocaría una sensible reducción de afluencia turística.

Son los principales argumentos que expone el comercio de la ciudad para respaldar la decisión del concello y rechazar la propuesta del Partido Popular de suspender las fiestas patronales en señal de luto por el fallecimiento de los 17 militares en Afganistán, 12 de ellos pertenecientes a la Brilat.

Las principales organizaciones vinculadas al comercio expresaron ayer su apoyo a la decisión del gobierno local de mantener el grueso de las actividades -aún con muestras simbólicas como las concentraciones que se celebrarán durante tres días- e insisten en que la suspensión "acarrearía grandes pérdidas".

La directiva de la Federación Provincial de Comercio realizó una reunión extraordinaria para hacer constar la pérdida y el dolor por la muerte de los militares e hizo votos porque "se tomen todas las medidas para que la vida de nuestros soldados esté garantizada, dentro de lo posible".

Tras expresar sus condolencias, el presidente de la Federación de Comercio, Antonio Reguera Repiso, incidió en que "comprendo la decisión del concello, en estos momentos duros para el comercio y la hostelería la supresión de todo el programa de actos sería un perjuicio muy grande e imposible de recuperar".

Según datos de la Federación Provincial de Comercio, en los aproximadamente diez días de tirón festivo "se cubre todo el mes".

La organización de comerciantes asegura que este agosto de 2005 "está teniendo más turismo que el año pasado, como prueba que la ocupación hotelera que se registra actualmente en la ciudad es del 95%; si se suspendiesen las fiestas ese turismo se marcharía y los vecinos del rural ya no acudirían al centro en la misma medida en que lo están haciendo".

En semejantes términos se pronunció el vocal de los comerciantes del centro histórico, Eduardo Esteban (que recordó que la decisión de mantener las fiestas "fue tomada directamente por el alcalde con nuestro presidente, Ernesto Filgueira, y nos limitamos a acatarla; individualmente sufrimos el dolor del accidente, al igual que todos los pontevedreses") y José Luis Redondo, responsable del área de Comercio de la Asociación de Empresarios de la Pequeña y Mediana Empresa, Aempe.

En ausencia del presidente de este colectivo, José Luis Redondo expuso a título personal que "son adecuadas las medidas que ha adoptado el ayuntamiento porque a nivel comercial las pérdidas serían muy importantes, lo cual no significa que no sintamos ese triste hecho sino que estamos siendo conscientes de que hay muchas personas implicadas y con gastos importantes, la dimensión económica es enorme".

Tanto Aempe como la Federación de Comercio no aludieron directamente al PP pero insistieron en que "el dolor lo sentimos todos, no sólo los políticos".

Más explícito fue Reguera Repiso, que sugirió la organización de un funeral "a celebrar el próximo lunes o el martes para que el comercio pueda cerrar antes y sumarse pero, sobre todo, no olvidemos a las familias, que no sean sólo protagonismos y lágrimas y nos olvidemos de ellas; lo que no se puede hacer es demagogia de la desgracia, con suspender las fiestas no hacemos nada, por lo que creo que la decisión del concello es buena, a los muertos hay que rezarles y, si me permite la expresión, hay más días que longanizas".