De mayor quiero ser... albañil. Esta es la frase que once de los cincuenta y seis alumnos de la Escola Taller de Marín pronunciaron hace algún tiempo en sus casas y que poco a poco se está haciendo realidad. Los demás chavales con los que comparten su formación pertenecen a los grupos de cantería, carpintería, jardinería e instalaciones, módulo estrella que incluye electricidad y fontanería. Todos ellos son "oficios moi demandados na comarca do Morrazo", señala el director del centro, Alfonso Fernández.

El curso comenzó en junio de 2004 y dura 18 meses. Durante el primer semestre se impartió práctica en talleres y teoría. A parte de las materias específicas de cada profesión, los estudiantes reciben un esfuerzo complementario de Dibujo Técnico, Graduado y Orientación Laboral. La mayoría de los alumnos procede de una enseñanza reglada que, en muchos casos, no llegaron a completar. De ahí que "esta sexa unha boa vía para formarse no aspecto laboral", explica su tutora, Lola Falcón. Además "é apreciable a melloría que teñen estes mozos na modificación de conductas e na adquisición de hábitos, como traballar en equipo", apunta Falcón.

A comienzos de este año, el sueldo de 6,01 euros diarios que percibían los "aprendices" se convirtió en un contrato de formación, que supone el 75% del salario mínimo interprofesional. Ellos lo tienen claro. "La iniciativa está bastante bien -valora Yago, un veinteañero que aprende a instalar sistemas- Te pagan por aprender un oficio y, si al salir de aquí encuentras trabajo, pues estupendo". La directiva de la Escola Taller espera alcanzar entre un 75 y un 80% de colocaciones.

Durante la segunda y la tercera fase del curso los alumnos empiezan a realizar "obras", que se enmarcan dentro del proyecto de recuperación de la Finca de Briz, propiedad del concello. Tras la restauración del edificio principal, los integrantes de la segunda edición de la Escola Taller se han embarcado en los proyectos de rehabilitación de la "casa adega", para la degustación de productos típicos de la zona, y de la "casa dos caseiros", destinada al guarda de la parcela. En el primer caso ya se ha realizado el 90% del trabajo, mientras que la segunda obra prácticamente acaba de empezar. Además, se está recuperando con especies autóctonas los jardines de la finca, que ocupa una superficie de 26.500 metros cuadrados. El presupuesto total del proyecto supera la barrera de los 200.000 euros.

La Escola Taller de Marín es, junto a la que se ha abierto recientemente en Cangas, la única que existe en la comarca. Para estudiar en ella se exigen dos requisitos básicos: tener entre 18 y 25 años y estar desempleado. En el proceso de selección tienen preferencia las mujeres maltratadas, personas con discapacidad o aquellas que adolecen de una limitación de recursos.