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«Se está rompiendo el techo de cristal con pasos firmes hacia la igualdad real»

Tras comenzar en la carrera judicial en 1987, Ana María del Carmen Blanco Arce tuvo su primer destino en O Carballiño y lleva dos décadas como magistrada en la Audiencia Provincial de Ourense. En julio tomó posesión como presidenta de la institución, el cargo de máxima autoridad judicial en la provincia. Es la primera mujer en este puesto

La magistrada Ana Blanco, en el despacho de la presidencia de la Audiencia Provincial.

La magistrada Ana Blanco, en el despacho de la presidencia de la Audiencia Provincial. / ROI CRUZ

Javier Fraiz

Javier Fraiz

Ourense

Designada por unanimidad por el Consejo General del Poder Judicial entre una terna de candidatos, Ana Blanco es la primera mujer al frente de la Audiencia Provincial de Ourense, tras una amplia trayectoria en la carrera judicial. Entre un total de 4.970 magistrados hombres y mujeres que permanecen en activo en España, ella, nacida en enero de 1961, tiene el número 340, según el último escalafón.

Usted es la primera mujer que preside la Audiencia Provincial. También fueron pioneras Eva Regueiro, fiscal jefa, y la exdecana de la abogacía, Pilar López-Guerrero. La ourensana Carmen Eiró será la primera mujer que se convierta en fiscal superior de Galicia. En su investidura, usted destacó que se está avanzando, «con dificultades, pero con paso firme, hacia la igualdad real».

Para mí es un orgullo ser la primera mujer que preside la Audiencia de Ourense, y lo mejor es que eso deje de ser noticia. Se están dando pasos hacia una igualdad real, sí que es evidente. Se está rompiendo el llamado techo de cristal o el suelo pegajoso, que dicen otros, y sí, los pasos son muy firmes y sólidos. De los cuatro presidentes de audiencias provinciales en Galicia, tres somos mujeres. Sobre Carmen Eiró, todo lo que pueda decir son cosas buenas. Creo que va a aportar a la Fiscalía Superior su gran profesionalidad; es una persona con un sentido jurídico muy brillante. Además es una persona maravillosa y abierta.

Se avecina un gran cambio estructural en el modelo de organización de la justicia, con la nueva oficina judicial a partir del 1 de enero. ¿Cómo lo encaran?

Es un gran reto. La Sala de Gobierno del TSXG adoptó un acuerdo sobre la creación de grupos de trabajo en cada provincia. Aquí, con la presidencia de la Audiencia, el juez decano, el secretario coordinador y el letrado director de tramitación. Antes del 21 de noviembre elevaremos unas conclusiones a la Sala de Gobierno.

En su discurso de toma de posesión, usted incidía en que este nuevo modelo judicial va a requerir «plantillas estables y reforzadas», con una «mejora de medios, sobre todo personales»

Por ejemplo, la Audiencia va a quedar solo con cinco tramitadores para las dos secciones y eso me parece un poco escaso. No obstante, la administración está dispuesta a ver cómo va funcionando todo a partir de enero y está abierta a flexibilizar la creación de plazas.

¿Cuál es el estado actual de salud de la justicia en Ourense?

La salud es robusta. Es una justicia muy profesional. Quizá donde notamos más deficiencias sea en los juzgados de Primera Instancia y en el juzgado de Familia. Los magistrados y magistradas titulares de esos juzgados están trabajando mucho, pero es muy elevado el número de asuntos de entrada, lo que hace que sea necesario reforzar. Familia tiene un refuerzo que hay que mantener, y habrá que ver la evolución en instancia porque seguramente habrá que adoptar un refuerzo. La nueva ley es más flexible y posiblemente haga falta una plaza más en instancia.

¿Es bueno el tiempo de respuesta por parte de los juzgados?

En general es bueno, aunque pueda haber puntualmente algún tema que haya quedado un poco parado. La jurisdicción civil hoy tiene una avalancha, pero la sección de la Audiencia tiene una capacidad de respuesta a los recursos de apelación que ronda entre los cuatro, cinco o seis meses. La respuesta es buena en general tanto en la sección civil como penal.

La magistrada Ana Blanco.

La magistrada Ana Blanco. / ROI CRUZ

Con la nueva ley habrá tres juzgados instructores y uno para la violencia machista y sexual, con competencia comarcalizada en un amplio territorio de la provincia, incluidas comarcas alejadas. ¿Puede mermar la atención?

Es algo que hemos tratado ya en la reunión de la Comisión de Violencia de Género. Tenemos que revisar qué mecanismos de corrección existen para evitar los desplazamientos de las víctimas. Por ejemplo, se puso sobre la mesa un protocolo que se está siguiendo en Cáceres, una provincia muy parecida a la nuestra, donde están evitando el traslado de las víctimas, salvo que la víctima prefiera desplazarse a la ciudad. Además, hay que distinguir según se trate de horarios de audiencia pública en el juzgado especializado o fuera de esos horarios, que deberían asumir los juzgados que hasta el momento llevaban la competencia. Hay varios problemas sobre la mesa que tenemos que abordar, y lo más probable es que se eleve a la Sala de Gobierno para que adopte un criterio unánime al respecto, porque la cuestión de la comarcación también se da en Santiago.

En su investidura habló de los problemas que arrastran los servicios forenses del Imelga, y avanzó que daría voz a sus demandas, porque «su adecuado funcionamiento es la mejor noticia para una buena marcha de la administración de justicia».

La idea que tengo es hablar con la administración a través de la Comisión Mixta, para que se refuerce la subdirección de Ourense, que creo que está infradotada. Con la comarcalización, además, también habrá desplazamientos. Además quieren cambiar el sistemas de guardias. Hay que adoptar medidas de refuerzo para el Imelga.

«Nos formamos en perspectiva de género»

¿Existe perspectiva de género en la actuación de la justicia?

Nos formamos en perspectiva de género. Por ejemplo, yo estoy terminando un curso ahora que es una actualización de una formación inicial que hice en 2020.

¿Molestan a los magistrados las críticas al poder judicial?

La independencia judicial no es un privilegio de los magistrados, sino una garantía de los ciudadanos. Las críticas a las resoluciones en modo alguno molestan, o no deberían. El problema es cuando se entra a criticar a la persona, en ese terreno creo que no son de recibo.

«La ley no debe ser solo severa, sino también justa; detrás de cada expediente hay una persona», indicó en su investidura, tomando el ejemplo de Concepción Arenal. ¿Supone un peso tener que decidir sobre la libertad de alguien?

Lo bueno es que tenemos resortes técnicos. La gente espera una respuesta razonada en Derecho y los jueces estamos obligados a dársela. Hay que valorar la restricción de derechos y también la satisfacción de la víctima, y buscas el equilibrio adecuado según los intereses en juego.

Ha conseguido el nombramiento en su segundo intento. ¿Tiene otras metas profesionales después de este cargo?

Ni me lo he planteado. Me gusta vivir el presente, aquí ahora estoy muy contenta y no me planteo otros horizontes.

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