«A gandería e a terra en produción son diferenciais contra os lumes»
El megaincendio de 23.000 hectáreas en el Macizo Central de Ourense quemó unas 3.000 en Montederramo, pero el daño no fue a más gracias a los montes trabajados | Tras el fuego, ahora preocupa la dermatosis nodular

El ganadero José González, entre el alcalde de Montederramo y el subdelegado del Gobierno.

Entre la segunda y la tercera semanas de un agosto que pasará a la historia por la gravísima crisis de los incendios, una cordillera de fuego atravesó el Macizo Central de Ourense. Las llamas corrieron con varios frentes kilométricos hasta que los focos que rodeaban la comarca se fundieron en un megaincendio, uno de los tres mayores de Galicia —todos en esta provincia— desde que hay registros. Según los datos de la Xunta, ardieron en el Macizo más de 23.000 hectáreas. Las llamas tiñeron de negro el paisaje y amenazaron bienes y aldeas en los concellos de Chandrexa de Queixa, Manzaneda, A Pobra de Trives, O Bolo, Laza y Montederramo. En este último municipio, la superficie afectada alcanzó unas 3.000 hectáreas.
Esta cifra es la de un gran incendio forestal, y en agosto se registró otro fuego que calcinó más de 200 hectáreas en la zona, pero la impresión en el territorio es que, a pesar de todo, el daño no fue mayor gracias al efecto protector de los montes trabajados, en un concello donde la ganadería es un sector fundamental. Según el Instituto Galego de Estatística, en Montederramo, con menos de 700 vecinos y una media de edad de casi 61 años —la densidad de población es de apenas 5 habitantes por km2—, hay 77 explotaciones de ganado bovino. Una de ellas es la de José González, en Vidalén. El alcalde, Óscar Diéguez (BNG), y el subdelegado del Gobierno, Eladio Santos (PSdeG), estuvieron este jueves con el ganadero, uno de los afectados por el fuego de agosto. «Arderon peches e pasteiros», recuerda, pero cree que la actividad agroganadera —su explotación de 168 vacas y becerros para carne es en extensivo— sirvió como freno. «Se non houbese fincas limpas e se non fose polo gando, o dano do lume sería moito máis grande do que foi», considera este trabajador.
«A diferenza entre o que pasou aquí e o que sufriron noutros lugares como Valdeorras é que temos moita gandería e moita terra en produción, factores diferenciais contra os lumes, que se sumaron ao gran traballo e esforzo dos propios gandeiros, que axudaron a apagar o incendio e arrimaron o ombreiro», apunta el alcalde. «Así a todo, houbo algunha aldea que estivo a piques de arder», matiza. Las llamas mataron algunos animales, sobre todo en las zonas próximas a San Mamede, y afectaron en Montederramo a fincas y cierres, pero en el concello no ardió ninguna casa, un grave destrozo que la oleada del pasado agosto causó en varias localidades de la provincia, como el valle de Monterrei y la comarca de Valdeorras. «Cos medios que temos, os concellos adoitamos facer o noso traballo de prevención; o foco haino que poñer máis arriba. O do lume é un problema máis de fondo que require medidas estruturais», expone el regidor, Óscar Diéguez.
«A paisaxe agraria é unha garantía de productos de calidade nas explotacións de gandería extensiva, e tamén unha garantía de prevención dos lumes, cun campo vivo, árbores autóctonas e paisaxes que alternan con prados. A pesar diso, algunhas explotacións resultaron afectadas», enlaza el subdelegado. Santos visitó Montederramo ayer para dar visibilidad a las ayudas del Gobierno para los ganaderos y agricultores damnificados por el fuego. Aportaciones directas de 1.500 a 10.000 euros para los perjudicados, unos 4.000 en España. La administración central ha habilitado un presupuesto de 27 millones para estas partidas de recuperación. Además, el adelanto de las subvenciones de la PAC dejará en Galicia 44 millones más.
Entre los quebraderos de cabeza del sector ha aparecido la dermatosis nodular, una enfermedad vírica transmitida por la picadura de mosquitos, que por ahora no se ha detectado en Galicia. «Hai moita preocupación, porque un só positivo obriga a sacrificar todos os animais. É importante empezar a vacinar canto antes», opina José González. Las pérdidas pueden ser gravosas. Algunos sementales superan los 4.000 euros de valor. El foco del virus está en Cataluña, con Aragón vigilante, por cercanía. «Se están tomando medidas de vacunación en áreas afectadas, desinsectación, prevención y control del tránsito de ganado para frenar la extensión», dice Santos.
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