El profesor violador no es el único fugado: buscan a seis condenados por la Audiencia de Ourense
Cinco días antes de que se declarase firme la sentencia contra Martiño Ramos, la Audiencia Provincial se enteró de su posible fuga, la Fiscalía solicitó la detención pero ya no estaba en su domicilio

Martiño Ramos Soto, condenado a 13 años y medio por violar a una alumna, está fugado y en busca y captura. / XOÁN ÁLVAREZ

Martiño Ramos Soto, el profesor condenado en firme a 13 años y medio de cárcel y a 21 de inhabilitación por violar en varias ocasiones a una alumna menor y vulnerable —la captó desde Instagram con un alias y, tras pedirle fotografías y vídeos íntimos, la sometió a violencia sexual después de revelarle su identidad—, aprovechó la libertad de movimientos y la ausencia de medidas cautelares para diseñar su fuga y escapar por los resquicios que le brindó el sistema, al no tener ninguna medida cautelar. Antes de que la sentencia fuese declarada firme ya no se encontraba en su domicilio. Este agresor sexual es una de las seis personas con condenas firmes de la Audiencia Provincial de Ourense sobre las que pesan órdenes de búsqueda y detención e ingreso en prisión.
Tras años defendiendo su inocencia en su círculo educativo y social, la Audiencia Provincial de Ourense quitó la careta a Martiño en una contundente sentencia de 18 de julio de 2024. La víctima era una menor de edad y él, nacido en 1975, tenía 45 años en el momento de los hechos. Como indicaron los magistrados del tribunal de Ourense, él «ostentaba una posición de superioridad derivada de la diferencia de edad, de su condición de docente y del ascendente» que ejercía sobre la menor, puesto que le impartió clase de música desde la etapa de Infantil a Sexto de Primaria. «Era perfectamente conocedor de la fragilidad emocional de la víctima», demostró la sala.
En el colegio llegó a quedar con ella y a agredirla sexualmente. Para citarse fuera del centro, le daba instrucciones, precisándole dónde estaba su coche estacionado para que se metiese en el maletero y, de esta forma, viajase escondida. El agresor llegó a someter a la víctima a prácticas sádicas. La menor reveló los hechos al comienzo del curso escolar 2021-2022.
No se adoptó ninguna medida judicial cautelar tras la condena inicial, de 13 años y medio de cárcel, 20 y medio de alejamiento y prohibición de comunicación con la víctima, 8 años y medio de libertad vigilada, 21 años y medio de inhabilitación, más una indemnización para la perjudicada de 30.000 euros. Tras la primera sentencia fue suspendido provisionalmente por la Xunta y no pudo iniciar el curso 2024-25, como pretendía. El movimiento feminista presionó activamente para impedir su reincorporación.
El 28 de enero de 2025, el TSXG desestimó el recurso de apelación y ratificó la sentencia inicial. Los magistrados del alto tribunal gallego destacaron que la versión de la víctima fue «sólida» y persistente. Martiño contactó con varias menores, alumnas del mismo colegio, ocultando su identidad con perfil oculto. «Ha sido abrumadora y contundente la abundante prueba testifical», dijo el TSXG como corroboración periférica. Ni la Fiscalía ni la acusación particular solicitaron prisión provisional tras esa segunda resolución contraria al acusado. Tampoco se pidieron otras medidas cautelares alternativas, como la obligación de comparecer en el juzgado de forma periódica, o la retirada del pasaporte.
El profesor interpuso recurso de casación. El Supremo inadmitió la acción y la prensa ourensana publicó esa decisión, que abocaba al ingreso en la cárcel del violador. El oficio del Supremo llegó a la Audiencia Provincial el 28 de julio y la condena se declaró firme el 29 de julio. Pocos días antes, el 24, la Audiencia «tuvo conocimiento de la existencia de indicios de una posible fuga» de Martiño Ramos, confirma el gabinete de comunicación del TSXG. El tribunal ourensano dio traslado a la Fiscalía de la noticia. El mismo día 24 de julio, la fiscal solicitó la detención del condenado y la celebración de una comparecencia para pedir su ingreso en prisión. La Audiencia ordenó la localización de Martiño, pero ya no estaba en su domicilio. El 15 de septiembre se abrió la ejecutoria de la condena y se emitió una requisitoria de búsqueda y captura de Ramos Soto, con orden de detención e ingreso en prisión. Algunos medios dicen que su móvil fue dado de baja y su pista se perdió en la comarca de Celanova.
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