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Los voluntarios protegen 17.500 metros cuadrados de montes quemados

Con paja, trampas de sedimentos y recolección de semillas en zonas de Valdeorras dañadas por el fuego

Parte de los voluntarios de Adega en O Barco de Valdeorras |  FdV

Parte de los voluntarios de Adega en O Barco de Valdeorras | FdV

Ourense

La acción simultánea de voluntariado para la restauración de zonas afectadas por incendios en la comarca de Valdeorras concluyó con éxito este pasado fin de semana. La iniciativa, impulsada por la asociación ecologista Adega, se desarrolló con la colaboración de los concellos de A Rúa, Petín, O Barco, O Bolo y Vilamartín de Valdeorras, y contó con la participación de 70 personas voluntarias procedentes de distintos puntos del país.

Los trabajos se centraron en el control de la erosión y la prevención del arrastre de cenizas en terrenos quemados, distribuyéndose en cinco zonas seleccionadas tras una evaluación técnica previa y bajo la coordinación de diez técnicos de la asociación ecologista.

El suelo y las semillas

El voluntariado realizó tareas de mulching o acolchado, mediante el reparto de pacas de paja de 25 kilos, logrando cubrir más de 17.500 metros cuadrados de superficie. Además, instalaron 18 trampas de sedimentos, con una longitud total de 120 metros, para evitar la pérdida de suelo fértil y proteger los cauces de agua y captaciones cercanas.

Los trabajos se adaptaron a las condiciones de cada terreno. En A Rúa, se aplicó mulching en las zonas de captación de As Arcas, 700 metros cuadrados que abastecen a los municipios de Petín y A Rúa, y también en el entorno del regato de Fontei, donde se construyeron un total de 12 trampas de sedimento. En Vilamartín de Valdeorras, las intervenciones se centraron en las laderas del río Leira, donde se cubrieron 3.000 metros cuadrados de terreno quemado y se levantó una barrera vegetal. Por su parte, en O Barco de Valdeorras, los esfuerzos se concentraron en la Lomba de Peniguillón, cerca de la captación de A Forcadela, con más de 10.000 metros intervenidos. En la zona de Trevinca, se instalaron cinco trampas de sedimento.

Como cierre del campo de trabajo, el voluntariado participó en una recolección de semillas autóctonas, con especies como encinas, madroños, alcornoques, cornicabras, escobas, rosales o jaras. Estas semillas serán utilizadas para crear un pequeño vivero en colaboración con el IES Cidade de Antioquía de Xinzo de Limia, que permitirá futuras acciones de revegetación, especialmente de cara a la primavera.

Los voluntarios recibieron formación específica en técnicas de restauración ambiental. Durante un ciclo de charlas, especialistas como María Xosé Sanjurjo, profesora de edafología en la USC; Carme Míguez, jefa del Departamento Agroforestal en el IES Cidade de Antioquía; Montserrat Díaz-Raviña, doctora en Biología e investigadora en la Misión Biológica de Galicia, y Daniel Rivadulla, ingeniero forestal de la Fundación Ciudad de la Energía, abordaron cuestiones como los efectos del fuego sobre el suelo, la recogida y conservación de semillas, y las técnicas de protección postincendio.

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