Noa y Milagros, casi sesenta años de diferencia y dos vidas conectadas por un libro
Participaron en el programa Conectando Generaciones, del Instituto de la Familia, por el que un joven ilustra o escribe la biografía de una persona mayor

Mila, con Noa, su joven biógrafa, ayer, en el acto celebrado en el Instituto de la Familia. | Iñaki Osorio
M. J. Álvarez
A Noa y Milagros las separan casi sesenta años, pero ambas han aprendido que una larga y sincera conversación entre dos generaciones tan distantes no es solo un aprendizaje mutuo, sino que demuestra que «podemos tener muchas experiencias y visiones del mundo conectadas», indica Noa, de 17 años.
Ambas son dos de las participantes en el programa «Conectando Generaciones. Toda vida merece ser contada», un proyecto del Instituto de Familia, que ha conectado a alumnos de toda Galicia, interesados en mostrar sus dotes como ilustradores o narradores, para participar en un proyecto cuyo objetivo es que una persona joven haga la biografía no contada de una persona mayor.
Isabel de Aguiar, gerente del Instituto de la Familia en Ourense, fue la encarga de presentar ayer un libro fruto de la octava edición de este programa con participantes de toda Galicia, que ha demostrado, afirma, que hablar «une la memoria y el futuro de distintas generaciones. Fue una sorpresa tanto para esos jóvenes que eligieron hacer la biografía vital de mayores desconocidos para ellos, como para estos últimos». El trabajo, perfectamente estructurado, con talleres previos, ya fue entregado ayer a autores y entrevistados, es decir a los jóvenes y a los mayores que ayer estaban presentes en este acto, de presentación del libro, editado con las biografía de todos los participantes en el programa en Galicia.
Algunos de los protagonistas contaron sus experiencias, como Milagros, que confesó como «al principio, cuando me invitaron a participar, tuve miedo de contar mi vida . Tengo un nieto de 18 años, pero no es lo mismo que hablar con una joven en este caso Noa desconocidos; y no me arrepentí. Fue una experiencia muy bonita. Animo a los mayores a ello y animo a todos, jóvenes y mayores a que lo hagan».
Noa, estudiante de Bachillerato, «·quería conocer a una persona mayor para aprender de su experiencia y atreverme a escribir, pues adoro la literatura». Sus miedos eran «¿de qué hablaré con alguien mucho mayor que yo?», pero, se disiparon, «cuando nos dimos cuenta de que llevábamos ya hora y media hablando y teníamos una visión común en muchas cosas».
Para Noa, lectora empedernida «sobre todo de libros clásicos o antiguos», la experiencia transcendió al plano humano. «Soy una persona que se ahoga en un vaso de agua, ante un simple examen de matemáticas, por ejemplo, y me enseñó mucho escuchar a Milagros, que pese a haber pasado tantas cosas, incluso perdida de familiares, es incluso más positiva que yo. Esto es un aprendizaje».
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