Cea, tradición y sentimiento de madres a hijos
Niños y adolescentes de una nueva generación dan continuidad al proyecto musical que sus mayores iniciaron en los ochenta. «É unha experiencia conmovedora; compartes algo moi especial cos teus fillos».

Integrantes de la histórica banda de gaitas de Cea y alumnos de la nueva escuela de gaitas y percusión. / ROI CRUZ

En una nueva generación de niños y adolescentes de San Cristovo de Cea ha prendido la afición de la que habían oído hablar en casa, de boca de sus padres y de sus tíos. Casi cuarenta años después de que, en 1988, comenzara su actividad la Banda de Gaitas de Cea, una nueva etapa surge con fuerzas renovadas y una ilusión compartida que vincula distintas edades en este municipio ourensano. Una veintena de niños y niñas de entre 5 y 13 años aprendieron las primeras nociones de gaita y percusión en el curso académico recién finalizado, durante una actividad extraescolar en el CPI Virxe da Saleta. La iniciativa, organizada por la Asociación cultural da Banda de Gaitas de Cea, con la colaboración del centro educativo y el apoyo del Concello, da los primeros frutos. Los protagonistas del futuro lucen su base musical ya en el presente. Este domingo, después del pregón de la 32 Festa do Pan de Cea, adultos y menores —varios de ellos, familiares entre sí— se subirán al escenario en el Campo da Saleta de Cea. Será una actuación intergeneracional, que simboliza el traspaso de la tradición y del sentimiento de padres y madres a hijos e hijas, de tíos a sobrinos, de las generaciones de los setenta y de los ochenta a los artífices de hoy, dueños del futuro.
«Entre este momento y una primera actuación en las Letras Galegas en el colegio, en mayo, queda asentada la nueva etapa de la escuela de gaitas y percusión de Cea. Tiene una gran importancia. No es fácil arrancar con un proyecto y lograr que se consolide», valora Jacobo Nóvoa, presidente de la asociación cultural y uno de los integrantes y fundadores de la histórica Banda de Gaitas de Cea, una agrupación que alcanzó cotas históricas al convertirse, en la época dorada de este movimiento cultural en Galicia —los noventa y principios de la década de los 2000–, en la formación más laureada dentro de su ámbito. Ganó seis ligas gallegas y seis campeonatos nacionales. Además, colaboró en varias ocasiones con Carlos Núñez.
En esta etapa de la banda la ilusión se ha renovado. Resulta diferencial que muchos de los componentes de la generación actual sean descendientes de integrantes que protagonizaron el periodo de los comienzos. «Es un plus, porque la implicación es mayor y porque los niños llevan en su cultura lo que sus padres vivieron en la etapa anterior», observa Jacobo Nóvoa, esperanzado con que el proyecto de la escuela alumbre una nueva banda que se afiance en el tiempo.
«Aunque la sociedad ha cambiado mucho, la verdad es que los procesos que están llevando estos niños son muy similares a los de nuestra época, a finales de los ochenta», analiza el presidente.
«Foi unha boa etapa das nosas vidas que agora podemos compartir con eles, para que tamén o vivan»
Fátima Nóvoa, Patricia López y Eva Fernández, percusionistas las tres, formaron parte de la banda y, ahora, décadas más tarde, tienen a sus hijos en la agrupación del futuro. «Supón dar continuidade a un proxecto que nós comezamos e que agora segue con eles, aos que ademais axudamos. É idílico», expresa Fátima. Sus hijos Mauro y Rosalía son alumnos de la escuela.
«Foi unha boa etapa das nosas vidas que agora podemos compartir con eles, para que tamén o vivan», celebra Eva. Sus hijos Aldara y Brais son miembros de la nueva agrupación. Esta madre y pandereteira también comparte la experiencia junto a su futuro hijo, Álex, que nacerá a finales de agosto. «Esperemos que máis adiante poida seguir os pasos dos irmáns».
La experiencia que los antiguos componentes vivieron asienta los cimientos. Es la base emocional del proyecto. «Para nós foi unha maneira de relacionarnos, de perder o medo a estar en público», relata Patricia. Su hija Carla es alumna.

La actuación intergeneracional de la Banda de Gaitas de Cea será este domingo tras el pregón de la Festa do Pan. / ROI CRUZ
El domingo, pequeños y adultos volverán a gozar juntos de una sensación especial. «Na actuación no colexio polas Letras Galegas sentín algo que non sentira nunca tocando, sinceramente», dice Fátima. «Vivo isto con moitísima alegría», reconoce. «É unha experiencia moi bonita e conmovedora. Compartes algo moi especial cos teus fillos», enlaza Eva.
Los protagonistas de la etapa inicial de la banda de Cea observan la fase actual con sus hijos y se ven en un espejo, y evocan su pasado. «Oxalá cheguen a convivir e a viaxar polo mundo coma nós puidemos», dice Fátima. «Cando lles contas as historias valoran iso e o feito de que chegamos a tocar con Carlos Núñez diante de miles de persoas, algo que os impresiona», cuenta Eva. «Danse conta de que en Cea somos como unha familia grazas a todo aquilo», añade Fátima. «As mellores amizades facíalas na banda e aínda se conservan, iso quedou», completa Patricia.
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