La «élite forestal» concluye su formación a las puertas de la campaña de incendios
Los brigadistas de Galicia culminan su preparación en Toén para enfrentarse a una temporada estival marcada por los retos del Pladiga 2025, que prioriza la reducción del fuego y la protección de Ourense, la provincia más vulnerable

El instructor, Nacho de la Concha, explicando a los brigadistas las maniobras a ejecutar con los todoterrenos. / Iñaki Osorio
L.G.
Galicia pone a punto esta semana su «élite forestal» en el Centro Integral de Lucha contra Incendios de Toén, donde se celebra el último turno del curso avanzado de maniobras y conducción de vehículos todoterrenos para brigadistas forestales. La formación, que comenzó en un ciclo de cuatro años, coincide con el inicio del operativo del Pladiga 2025, el plan de prevención y defensa frente a incendios que marca este verano objetivos ambiciosos: reducir aún más la superficie quemada, reforzar los medios técnicos y consolidar la caída de parroquias de alto riesgo.

Nacho y Alejandro muestran las bombas de un vehículo. | | I.O
Durante tres jornadas – ayer, hoy y mañana –, una veintena de brigadistas de Ourense y Santiago de Compostela se forman junto a tres instructores y seis vehículos de intervención en las pistas de Toén, un circuito diseñado para simular condiciones reales de emergencia: terrenos irregulares, pendientes, carga máxima y visibilidad limitada. Las prácticas incluyen maniobras con motobombas de hasta 15 toneladas, cambios de tracción, uso de bloqueos, control de presiones y coordinación con el guía a pie.
«No es un curso para aprender a conducir, es un curso para evitar errores que aquí se pueden cometer en un espacio controlado, pero en el monte pueden impedir que llegues a casa», explica el instructor Nacho de la Concha, responsable de la formación.
Seguridad y experiencia
Desde que se implantó esta formación, solo en el primer año, en el nivel principiante, pasaron más de 2.500 profesionales que han ido alcanzando los distintos niveles. El de Toén es el más exigente, el avanzado, al tratarse de «las pistas permanentes de referencia para toda Galicia. A diferencia de cursos anteriores realizados en lugares como A Rúa o Santiago, esta pista está planteada para permitir concentrar todas las fases: desde la iniciación hasta el nivel más alto», expone De la Concha.
«La diferencia con hace cuatro años es enorme. Hay un salto cualitativo», concede el instructor y corrobora Alejandro Pais, brigadista jefe con tres décadas de experiencia a sus espaldas, la mayor parte, un total de 29, en el distrito XIII, en el macizo central. «Se ha invertido mucho, pero sobre todo se ha invertido bien: en los vehículos, mejorar los EPI, formar al personal y reducir errores», apunta Pais, quien de esta formación en conducción de 4x4 ensalza que «tenemos los propios vehículos que manejamos en el día a día, lo cual es interesante porque, aunque parezcan que todos son iguales desde fuera, tienen diferencias muy significativas para llevar a cabo nuestro trabajo. Por peso, por presión, por ángulos de ataque... No es lo mismo un coche de un brigadista que el de un agente forestal o el de una brigada de ocho meses con respecto al de una brigada de 12, por tema de pesos sobre todo», asevera.
Fallar para aprender
La pista de Toén, según sus instructores, permite fallar en un entorno controlado, lo que es «muy necesario para saber qué no hacer en casos reales». «Aquí te sales de la curva o de la pendiente y lo cuentas. Pero en el monte, con humo, cansancio, alturas...Un fallo puede ser irreversible», explica De la Concha, que ayer mismo tuvo el ejemplo para sus palabras «en una pendiente uno de los conductores no vio la curva y fue recto, quedó colgando, pero aquí no pasa nada. Paramos y ayudamos, así sabrá que en el monte ese tipo de giro no se puede realizar así o existe el riesgo de volcar y puede ser fatal».
La formación incide en cómo anticiparse al terreno, ajustar el vehículo y mantener la comunicación con el guía o copiloto. Las maniobras se realizan en tiempo real, con carga y en zonas técnicas, exactamente como se encontrarán en una emergencia.
«Nos han enseñado a fiarnos del compañero que va fuera, a dar las señales correctas, a evaluar si un vehículo pesado puede pasar. Todo eso antes era intuición, ahora es técnica. Yo llevo treinta años en extinción y con este curso estoy aprendiendo hoy todavía más», añade Alejandro Pais, quien tiene claro que «el monte te enseña día a día, porque no solo trabajamos los meses de verano, es una acción de todo el año».
Ourense, en primera línea
La provincia concentra más de la mitad de las parroquias gallegas consideradas de alto riesgo— 17 de las 26 que forman parte este año— y sigue siendo la zona con mayor presión en la campaña de incendios. Por ello, Ourense es también la provincia con más presencia de personal y medios para hacer frente. En concreto, este año, la lucha contra los incendios forestales contará con 1.526 efectivos, entre los que se incluyen el personal propio de la Consellería de Medio Rural, el que proporciona el Estado y el contratado a través de los convenios con las entidades locales y parques de bomberos comarcales y municipales.
Por eso, los cursos de Toén no son solo útiles, son esenciales. En palabras de los brigadistas: «Esta formación es esencial porque nuestro deber es llegar lo más próximo al fuego cargados con las herramientas para apagarlo y con nuestro personal, personal por el que tenemos que mirar para que lleguen bien y de vuelta a casa».
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