La ciudad celebró el Corpus sin alfombras, pero con devoción

La procesión del Corpus Christi marcó el fin de las fiestas locales de Ourense en una jornada que culminó con espectáculo pirotécnico

La procesión atravesando el casco viejo.

La procesión atravesando el casco viejo. / Iñaki Osorio

L.G

Ourense

Ourense vivió ayer su jornada del Corpus Christi con solemnidad, participación institucional y una procesión que recorrió las principales calles del centro histórico como uno de los actos finales de las fiestas locales.

El recorrido religioso siguió su habitual trayecto por la ciudad. |  Iñaki Osorio

El recorrido religioso siguió su habitual trayecto por la ciudad. | Iñaki Osorio

La misa en la Catedral, presidida por el obispo y celebrada a las 10.00 horas, contó con la presencia de la corporación municipal. A las 11.00 horas, la custodia bajo palio salió a las calles acompañada por numerosos fieles, siguiendo el recorrido habitual: Lepanto, Santo Domingo, Bedoya, Parque de San Lázaro, Paseo, Lamas Carvajal, Praza Maior, Arcedianos y final en la Praza de San Martiño, donde tuvo lugar la bendición.

A diferencia de otras localidades de la provincia, en Ourense no hubo alfombra floral, una tradición que no está asentada en la capital, pero que en municipios como Celanova u O Barco de Valdeorras forma parte esencial de la jornada.

Versiones reducidas

En Celanova el tapiz quedó limitado al interior del Claustro Barroco del Monasterio de San Rosendo. La falta de relevo generacional obligó a replantear la forma de celebrar. Aun así, las familias de los 18 niños que hicieron la Primera Comunión y vecinos comprometidos con la tradición se volcaron en mantener la esencia.

Por su parte, en O Barco de Valdeorras, el desgaste de los voluntarios y la falta de flores también obligó a adaptar los diseños, echando mano de serrín teñido y materiales alternativos y lamentando la ausencia de alfombras en algunos tramos del recorrido religioso.

Despedida de las fiestas

En Ourense ciudad, en paralelo a la celebración eclesiástica, la ciudad acogió otras actividades del cierre festivo: el mercado medieval continuó con pasacalles y puestos en los exteriores del Pabellón de Os Remedios; los más pequeños disfrutaron de hinchables junto al Puente Romano, y las atracciones del Parque Barbaña siguieron en funcionamiento. Además, los interesados en ellas siguen de celebración, porque permanecerán abiertas hasta este martes.

Por la noche, la orquesta Cañón fue la encargada de animar los últimos bailes, los previos a la entrega de premios del Concurso de Pinchos, que reunió a hosteleros y asistentes, para festejar la gastronomía local. Pero el broche final llegó a medianoche con el espectáculo pirotécnico, que este año, como novedad, cambió su tradicional ubicación por el Puente del Milenio, lo que permitió su visualización desde puntos tan especiales como A Chavasqueira .

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