La escritura creativa rompe estereotipos en la Biblioteca Nós

Jóvenes y adultos compartieron las creaciones realizadas en talleres del propio centro en la primera edición de una velada literaria

Algunos participantes esperando su momento para leer sus textos.

Algunos participantes esperando su momento para leer sus textos. / Roi Cruz

L.G

Ourense

La Biblioteca Nós ofrece desde hace un par de años talleres de escritura creativa, unas citas dedicadas tanto a público juvenil como a público adulto, en grupos diferenciados, que convergieron por primera vez esta semana con una velada literaria para mostrar ante el público lo creado a lo largo del curso.

Es la primera vez que se lleva a cabo esta actividad como cierre de los talleres y la valoración fue más que positiva. «Yo quedé muy contenta y ellos también, fue una idea que surgió en una de las aulas por parte de uno de los alumnos y me pareció que estaría muy bien, sobre todo para juntarlos, porque al final los grupos son por edades y no todos se conocen entre sí», expone la profesora detrás de estas sesiones, María Benítez. Fueron nueve los valientes que se atrevieron a exponerse en esta primera velada que, la docente avanza, no será la última.

El perfil de los participantes fue de lo más variado, igual que el de aquellos que se animan a acudir a estos cursos, «el más pequeño tenía 15 y la más mayor más de 70», cuenta Benítez, quien dice que la edad supone «un enfoque distinto a la hora de enfrentarse a temáticas similares. Para escribir se nota eso, aunque se proponga el mismo tema hay sesgo y las experiencias vitales también marcan pautas diferentes, hay unas vivencias distintas», relata.

La velada literaria se celebraba por primera vez y eso traía consigo prueba y error, no solo para la preparación de la cita, sino también para los participantes que «estaban muy nerviosos por compartir sus textos, alguno incluso temblaba al hablar», dice Benítez, que espera que, para la próxima, con la vista puesta en el mes de mayo «vengan más tranquilos porque lo hacen muy bien».

Para esta primera ocasión no hubo temática, fue libre con una única pauta: leído tenía que durar un máximo de 5 minutos; lo que en palabras escritas calculan que asciende a 700. «Depende claramente de cómo se lea, de los nervios, de las ganas...Pero lo estipulamos así para que fuese dinámico y nos diese tiempo a escucharnos todos, porque queríamos que la actividad no superase los 50 minutos», cuenta.

Como el tema no era obligado las ideas fueron múltiples, «fantasía, ciencia ficción, denuncia social...Cada uno habló de lo que quiso y como quiso hacerlo, sorprendería ver a una mujer de 70 años escribiendo ciencia ficción, pero pasa, esta es una actividad intergeneracional que rompe estereotipos», celebra María Benítez.

La cita puso el broche de oro a unos talleres que regresarán a partir del mes de octubre, aún sin fechas ni horarios, pero ya sabiendo que habrá uno para jóvenes— de 14 a 30 años— y otro para adultos que lo único que necesitan es que «la escritura les haga pasarlo bien».

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