La alumna con la mejor nota de Ourense estudiará Medicina

Escribir, decir y recordar. Es el método de estudio de Elena Flórez Sánchez, la alumna que ha logrado la nota más alta de la PAU en Ourense. Estudiante del IES As Lagoas, obtuvo un 9,804 en la parte general y un 13,704 con las ponderaciones.

Una calificación que le abre las puertas de toda las universidades pero, sobre todo, las de la carrera que quiere cursar, Medicina, una de las titulaciones con mayor demanda del sistema universitario español. Ella quiere formarse en la Complutense de Madrid y confía en que tendrá su plaza. «La nota de corte el año pasado fue un 13,261, así que creo que puedo entrar sin problema».

Elena afrontó la PAU con el reto de alcanzar la máxima puntuación posible para poder cumplir su sueño, pero también como un desafío personal: «Para mí era una prueba decisiva porque necesitaba muy buena nota. Siempre las he sacado, pero quería demostrarme a mí misma que era capaz de hacerlo bien y no rendirme al final porque pareciese una prueba más difícil de lo que habíamos hecho hasta el momento», señala.

Su interés por la Medicina surgió en 4º de la ESO, en un momento en el que se planteó en serio qué le gustaba y hacia dónde quería dirigir su formación académica. «Me atrae conocer el cuerpo humano y cómo funciona, me apetece mucho ampliar mi conocimiento en esta área. Creo que Medicina es la carrera en la que puedo aprender sobre esto», explica. La elección de Madrid como destino tiene que ver con que prevé que su futuro está fuera de Ourense y considera que este es un buen momento para «dar ese salto» y empezar a descubrir una vida nueva.

Martín Casanova, mejor nota de la PAU en Galicia: «Quiero estudiar Derecho, opositar y trabajar en Galicia»

Elena reconoce que alcanzar este nivel de rendimiento académico requiere mucho esfuerzo y el último mes antes de la PAU estudió 10 horas diarias en la biblioteca, pero parte del mérito hay que reconocérselo a sus padres que «desde siempre» la han ayudado preguntándole el temario.

Su afición es el voley, un deporte que ha practicado los últimos ocho años intentando no saltarse partidos ni entrenamientos. «Lo he priorizado bastante porque ayuda a desconectar, pero este año lo dejé un poco de lado por el estrés de querer hacer todo perfecto».