Muertes por sobredosis y repunte de delitos, daños del narcotráfico en el supermercado de la droga de Ourense
La investigación policial que lleva a prisión a 6 detenidos y desmantela 10 narcopisos en el barrio de Covadonga analizó las incautaciones de estupefacientes, la inseguridad y el efecto dañino en la salud de sustancias adulteradas con cafeína, paracetamol y ácido bórico
Solo este año hubo 2 fallecimientos y 2 cuadros graves de convulsiones por intoxicaciones

Personas retenidas por la Policía durante la macrorredada del miércoles en Covadonga. / ROI CRUZ

En el entorno de Covadonga, el barrio que alberga históricamente el supermercado de la droga en la ciudad de Ourense, donde la Policía ha asestado un duro golpe con la detención de 15 personas y el desmantelamiento de 10 narcopisos esta semana, se produjeron 9 casos de muertes por sobredosis o convulsiones debido a intoxicaciones desde agosto de 2019. Solo en lo que va de año se han registrado 2 fallecimientos y 2 cuadros graves. Encadenada a la actividad de la que algunos obtienen lucro surge el problema de las personas adictas, que están enganchadas a la necesidad de consumir y, en ese bucle perjudicial, se ven expuestas a sustancias adulteradas.
En la investigación que lleva a prisión a 6 de los 15 detenidos en la bautizada como operación Copérnico, la Policía recuerda que el consumo de drogas como la heroína, la cocaína o el ‘rebujito’ —una mezcla cocinada de ambas sustancias que causa un efecto más rápido y poderoso, pero de corta duración, que reclama una nueva dosis— entraña un grave riesgo para la salud que puede llegar a costar la vida. La manipulación y la adulteración con sustancias de corte como el paracetamol, la cafeína o el ácido bórico elevan el peligro.

La Policía, trasladando ayer a detenidos al juzgado. / ROI CRUZ
Los delincuentes lograron quemar parte de la droga y el dinero
La actividad de narcotráfico en Covadonga es conocida en Ourense. El trasiego es constante. Los narcopisos desmantelados, que contaban con cámaras hacia el interior y el exterior, puertas de hierro blindadas, ventanas tapiadas y una red de ‘aguadores’ en la calle —personas que dan aviso al ver a la Policía nada más notar la presencia en el barrio—, operaban las 24 horas, con encargados a turnos mañana, tarde y noche. Había estancias para comprar, para descansar y consumir.
Pese a que a los traficantes les dio tiempo a quemar droga y dinero hasta que los agentes lograron acceder a esos lugares protegidos, la operación ha sido un éxito, con la incautación de más de 5 kilos de estupefacientes: 3 kilos de heroína, un kilo de cocaína, 400 gramos de hachís y otro kilo de ‘rebujito’, así como 16.000 euros en efectivo. Fue necesario abrir cajas fuertes en el registro. Algunos narcopisos estaban llenos de compradores cuando apareció la Policía. En medio de las inspecciones, se derribaron tabiques, cajas de persianas y muebles para buscar droga y dinero que pudiera haber ocultos. El análisis en el laboratorio de la sustancia incautada concretará la cantidad de estupefaciente y permitirá una valoración económica de la droga, teniendo en cuenta el peso y la pureza que arrojen los resultados.

Personas retenidas por la Policía durante la redada de Covadonga. / ROI CRUZ
Entre abril y mayo, 34 personas interceptadas con droga comprada en el barrio
Las vigilancias y los seguimientos policiales permitieron reunir datos objetivos para acreditar con evidencias lo que todo el mundo sabe: que en la calle Júpiter y la plaza de Covadonga se distribuía droga al por menor. En cinco años, la Policía levantó 762 actas de incautación a personas de pequeñas cantidades de droga en la zona, así como otras 143 de armas blancas. Entre abril y mayo de este año, en esas dos calles del barrio en las que se ha desarticulado la actividad de trapicheo, los policías realizaron 34 actas a diferentes personas que portaban papelinas de cocaína y heroína adquiridas en los pisos.
Otro efecto colateral y gravoso para la seguridad ciudadana por la actividad constante de narcotráfico en Covadonga es el aumento de los hurtos y los robos en los barrios colindantes, una modalidad delictiva vinculada a la drogadicción en muchos casos. Existe preocupación vecinal en A Ponte, O Vinteún y otras áreas del norte de la ciudad. Según el Ministerio del Interior, entre enero y marzo de este año la criminalidad ha subido en la ciudad un 11,5%, con un aumento de robos violentos del 33%.
Esa inquietud ha dado lugar a la aparición de supuestas patrullas vecinales, que algunos colectivos temen por posibles comportamientos de incitación al odio, y que las autoridades desaconsejan porque la tarea de prevenir y atajar la delincuencia es competencia de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. El SUP, principal sindicato de la Policía, avisa de que la participación en esas actividades puede tener consecuencias jurídicas.
Incautaciones de drogas y armas, constancia del daño para la vida que causan las sustancias adulteradas en Covadonga, así como el aumento de la inseguridad en los barrios colindantes nutren el catálogo de evidencias que la Policía ha reunido en la investigación, liderada por el grupo de estupefacientes de la comisaría provincial, en colaboración con la autoridad judicial y fiscal. Con esa base documental y las evidencias de la macrooperación del miércoles, el magistrado de Instrucción 1 de Ourense, Leonardo Álvarez, autorizó las entradas y registros en los narcopisos de Covadonga.

150 agentes de distintas unidades colaboraron en la macrorredada. / ROI CRUZ
Quince detenciones en total
De los 15 detenidos por la Policía en una intervención que contó con 150 agentes de varias unidades (la canina, los GOES, los antidisturbios, los drones y el helicóptero), un total de 8 fueron conducidos al juzgado este sábado en calidad de detenidos, después de tres días en los calabozos. Seis de los implicados están en prisión provisional por orden del juez. Otros dos detenidos en la Copérnico comparecieron en el juzgado en libertad.
Los otros cinco arrestados, presuntos colaboradores con un rol menos activo en la venta, quedaron en libertad ya en dependencias policiales. Entre los sospechosos hay personas con antecedentes y también hay investigados que son ellos mismos adictos. El mundo de las drogas es su modo de vida.
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