Materia Conductora, arte libre y sin caretas

Desde el pasado 21 de mayo y hasta el 31 de julio incluido, el Centro Marcos Valcárcel acoge «Materia Conductora», de la artista Raquel G. Figueras, comisariada por Marta García . Un universo creativo único en tela, barro y madera de una Alicia más audaz aún e imaginativa que la de Lewis Carroll.

Raquel (derecha), con Marta, comisaria de la exposición entre las telas flotantes.

Raquel (derecha), con Marta, comisaria de la exposición entre las telas flotantes. / Roi Cruz

M.J.A.

Ourense

«Materia conductora» es el título de mi último libro de poesía inédito. Es la segunda vez que utilizo el título de un libro, y eso confirma mi idea de no excluir ningún lenguaje, pues cuando está sucediendo algo a nivel narrativo o poético, también me lleva a utilizar las manos», explica la artista lucense Raquel G. Figueras sobre Materia Conductora , la propuesta creativa de su exposición que, desde el 21 de mayo al 13 de julio inclusive, permite sumergirse en la Sala 0 del Centro Cultural Marcos Valcárcel, en un universo creativo poliédrico, que se expresa a través de tela, madera o barro, con un resultado de una belleza, que resultaría casi impúdica para los academicistas, por su dosis de libertad y verdad.

En ella, la artista da rienda suelta a su personal mundo creativo, paisajes y personajes con un provocador mensaje discursivo , que les brota a veces en forma de arquitecturas urbanas que manan de sus cabezas.

Uno de los personajes. |  FdV

Uno de los personajes. / FdV

La exposición «invita a sacarse la careta”, explica Marta García, comisaria y autora del diseño expositivo de una muestra, que permite que, pese a la irreverente creatividad de la psicóloga de formación y artista por imposición de sus musas que es Raquel, a la inmersión en el universo Figueras tengan un ordenado discurso narrativo que invita a la reflexión.

“Queríamos que el espectador sepa en qué mundo entra y deje esas máscaras que llevamos cuando salimos a la calle y nos relacionamos” explica la comisaria de la exposición. “Por eso empezamos conociendo primero a los personajes (a través de las hermosas telas pintadas flotantes), recorremos luego las arquitectura de esas ciudades distópicas” continúa Marta, “y luego entramos en este bosque mágico de mitad humanos y animales, con arquitectura que dialogan, para que cada persona pueda recibir una emoción distinta; que se deje permeabilizar».

Parte pictórica en tela de Materia Conductora. |  FdV

Parte pictórica en tela de Materia Conductora. / FdV

Para Marta , la propia artista es en esta exposición la “materia conductora” a través de la que todo sale al exterior a través de distintas técnicas artísticas que utiliza en esta y otras exposiciones de su trayectoria.

Confrontar al espectador

“En la presentación de Materia c conductora, muchos vieron una poesía que transitaba la obra , y eso me parece bello, porque lo cierto es que trabajo con distintos lenguajes sin acotar ninguno. Me dejo acceder por lo que me llega en cada momento”, indica la autora.

La tinta, la madera o el barro “con bastante chamota, porque me interesa la expresividad que da a la obra la materia gruesa, no me gusta lo liso, no expresa lo que yo quiero” aduce Figueras, le facilitan una temática en la que lo que busca “es confrontar primero con migo misma y después al espectador, con aquello que deviene contra el orden natural de la cosas; por eso me encanta animalizar un busto que, en teoría es humano, lo que se llama en literatura la personificación, darle cualidades humanas a un animal», explica.

La niña «grande, pero con los pies en la tierra”, en la que se reconoce y que es capaz de conseguir con esta exposición , “la vuelta al día en 80 mundos”, emulando la transgresión creativa que fue en lo semántico y literario el libro de Cortázar, asegura que esos bastidores de tela o en esos bosques de seres y construcciones oníricas, ocurren «cuando me voy de una realidad porque hay algo que me reclamama en otra y yo, me me dejo acceder”.

Para Marta García, estos seres y ciudades que pululan desde hace unos días por el Marcos Válcarcel, son también la inocencia de la infancia y la pureza , ates de que estemos envueltos por el lenguaje, que es el que genera el equívoco” .

¿Quién se atreve a quitarse la careta y zambullirse de lleno en este bosque imaginario de Raquel G. Figueras?

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