La sociedad con 175 años de historia que mantiene el pulso de la cultura de Ourense en un pazo del siglo XVI

El Liceo, una de las entidades más antiguas de España, dinamiza la vida cultural con 400 actos al año | El Concello otorgará la medalla de oro de la ciudad

Directivos y personal del Liceo de Ourense, en el patio de columnas del pazo que es sede de esta sociedad cultural.

Directivos y personal del Liceo de Ourense, en el patio de columnas del pazo que es sede de esta sociedad cultural. / IÑAKI OSORIO

Javier Fraiz

Javier Fraiz

Ourense

Entre las regias paredes del antiguo pazo del siglo XVI de la familia Oca-Valladares, la cultura permanece en Ourense. En un lugar en el que la historia parece detenerse, la actividad no se agota. Se celebran 400 actos a lo largo del año —conciertos, presentaciones de libros, conferencias y recitales, en una programación variada— en este edificio histórico, que desde mediados del siglo XIX es la sede del Liceo de Ourense, una de las sociedades culturales más antiguas de Galicia y de España —nació apenas medio siglo después del Liceo Francés—, en una ciudad que fue una referencia de la efervescencia intelectual y cultural, pero que ha vivido tiempos mejores.

Aunque llegó a sumar 2.500 socios y en la actualidad se mantiene con las aportaciones de unos 500, más las ayudas públicas de la administraciones, la relevancia de la entidad se mide en otros parámetros, como el hecho de brindar un espacio para hacer cultura y actividades de interés a entidades que no disponen de un lugar adecuado, además de acoger a organizaciones sociales que carecen de una sede donde poder desarrollar sus funciones.

El inmueble de la calle Valentín Lamas Carvajal, en el corazón del casco histórico, es uno de los palacios de estilo gótico-renacentista más importantes de Galicia. Tiene dos plantas y una fachada austera en cuyo balcón lucen cinco escudos de armas de diferentes linajes. El edificio está declarado Bien de Interés Cultural desde 2002. El 13 de marzo de este año, el Liceo de Ourense alcanzó los 175 años de historia desde el comienzo de su actividad. Con el respaldo plenario de todos los grupos políticos de la corporación, el Concello otorgará la medalla de oro de la ciudad a una institución que cuida y cultiva, a diario, la cultura y el vínculo social, con el conocimiento y el interés general por banderas.

Directivos y personal del Liceo de Ourense, en el exterior del pazo del siglo XVI que la entidad posee desde el siglo XIX.

Directivos y personal del Liceo de Ourense, en el exterior del pazo del siglo XVI que la entidad posee desde el siglo XIX. / IÑAKI OSORIO

Más de 50.000 personas usan sus instalaciones cada año

De los 400 actos al año que acoge el Liceo, entre los que se incluyen celebraciones privadas de los socios —pueden disfrutar del privilegio de sentirse, en su cuota proporcional, los dueños de un palacio del siglo XVI—, la gran mayoría son eventos de acceso libre al público, muchos de ellos gratuitos. Mientras una parte de la vida cultural ha decaído por la dejadez de las instituciones y la falta de propuestas para todo tipo de gustos e inquietudes, el Liceo mantiene el latido de la cultura local con una programación que no se agota. Según los datos de la entidad, más de 50.000 personas emplean sus instalaciones de forma libre cada año.

«Su intensa actividad no pasa desapercibida», subraya la memoria del expediente de honor del Concello de Ourense, un reconocimiento iniciado tras una moción del PSdeG, en junio de 2022, el primero en proponer la concesión de la medalla de oro de la ciudad. La iniciativa fue aprobada en ese momento por todos los grupos. El último pleno, a principios de este mes de mayo, refrendó el propósito con la aprobación de la incoación del expediente de honor, de nuevo con unanimidad política. El Liceo recibirá la distinción como reconocimiento a una larga trayectoria histórica de fomento de la cultura y de la sociedad ourensana.

«Es una satisfacción y un honor», subraya el presidente, Javier Casares. «Sentirnos bien valorados por los ciudadanos nos estimula a seguir trabajando por que el Liceo siga siendo un centro cultural importante en Galicia y España». El compromiso para facilitar el acceso libre a los ciudadanos seguirá. «Queremos que la vida cultural se enriquezca y favorezca no solo a los socios, sino a todos los ourensanos. El esfuerzo se mantendrá».

Javier Casares, presidente del Liceo de Ourense.

Javier Casares, presidente del Liceo de Ourense. / IÑAKI OSORIO

Contexto histórico

A mediados del siglo XIX la ciudad apenas alcanzaba los 10.000 habitantes, una décima parte de la población actual. El espacio construido se extendía desde la calle Santo Domingo a la Trinidad, y desde Hernán Cortes al actual emplazamiento de la Alameda. Huertas y viñedos circundaban la zona histórica. Emergía una burguesía comercial, con una nueva arquitectura y unos modos de vivir y de celebrar más urbanos, que empezaban a despegarse de la base rural que aún caracterizaba a Galicia.

Los paseos y la vida pausada en los parques y jardines, como el histórico Posío —inaugurado en 1857—, y con posterioridad la Alameda y el parque de San Lázaro, junto a otros lugares públicos como el ‘Espolón’ de la Plaza Mayor y la calle del Paseo —la denominación no engaña—, influyeron en el cambio de las dinámicas sociales.

Las tertulias en los nuevos cafés y los salones privados fomentaron un nuevo ecosistema que despertaba inquietudes diferentes. Con el tiempo, nombres como los establecimientos ‘Victoria’, ‘Unión’, ‘Royalty’, ‘Moderno’ y, años después, ‘La Bilbaína’ o ‘El Miño’ quedaron en la memoria colectiva como lugares de tiempo compartido, de una vida social en común.

En sus comienzos a mediados del siglo XIX, el Liceo de Ourense «vino impulsado y participó de una sociedad que fue quien de mezclar la formación con el cultivo del conocimiento», recuerda el Concello en el expediente de honor

Solo diecisiete años después de que, en 1833, Ourense alcanzara la condición de capital de la provincia, la creación del Liceo de Ourense en 1850, gracias a la iniciativa de 163 ciudadanos —en su constitución llevaba el nombre de ‘Recreo de Artesanos de Orense’—, «fue un revulsivo para dinamizar» la ciudad y nació «con una clara vocación de formación cultural», recuerda el Concello ahora, en el expediente de honor para la medalla.

La primera sede estuvo en la actual calle Lepanto. La entidad impulsó, en sus inicios, una ‘Academia de Música’, la ‘Sección de Declamación’, así como la ‘Sección de Dibujo natural y lineal’ y la ‘Sección de Poesía y Literatura’. Este caldo de cultivo contribuyó a hacer «crecer y mejorar el magma que cimentaba la cultura local» en aquella época, recuerda el Ayuntamiento. La segunda ubicación del Liceo estuvo en la calle de Monterrei, antes del alquiler de una casa en la plaza del Carbón, un enclave que llegó a denominarse como ‘Plazuela del Recreo’, en referencia a la entidad. El Liceo «vino impulsado y participó de una sociedad que fue quien de mezclar la formación con el cultivo del conocimiento», resalta el Concello.

Las tertulias, una de las costumbres de los asiduos al Liceo.

Las tertulias, una de las costumbres de los asiduos al Liceo. / IÑAKI OSORIO

Un lugar repleto de arte

A principios de enero de 1870, el Liceo alquiló como sede el Pazo de los Oca-Valladares —en la actual Lamas Carvajal, que entonces se denominaba calle del Instituto—, un inmueble que la sociedad terminó comprando en 1957 por tres millones de pesetas. Esa operación del Liceo ha legado a Ourense para la posteridad, gracias a la conservación y mantenimiento, el único edificio renacentista de la ciudad.

Un inmueble emblemático que sumó piezas de arte para la decoración de su interior, como la fuente de mármol de Carrara, pinturas costumbristas que adornan el patio de columnas, y una muestra relevante de obras de artistas ourensanos contemporáneos ilustres: Jesús Soria, Parada Justel, Virxilio, Arturo Baltar, Huete, Xaime Quessada, Acisclo, Buciños, Prego de Oliver o Xabier Pousa.

El hermoso patio de columnas y la fuente central, de mármol de Carrara.

El hermoso patio de columnas y la fuente central, de mármol de Carrara. / IÑAKI OSORIO

Tras su primera denominación, la sociedad cambió de nombre a mediados del siglo XX, cuando desapareció la mención a los artesanos. En el 2000, coincidiendo con el 150 aniversario de la fundación, la entidad pasó a llamarse directamente Liceo de Ourense.

Hay hechos de relevancia social ligados a la trayectoria de esta entidad. Fue una de las primeras organizaciones culturales que incluyó a las mujeres como socias titulares, de modo que podían acceder también a la junta directiva.

«Manteniendo el fuego de su nacimiento, el Liceo es un punto esencial de dinamización sociocultural para la ciudad, un papel que desarrolla con generosidad, sin ánimo de lucro, con la principal intención de ejercer un servicio esencial para contribuir a crear un espíritu abierto para la ciudadanía y las personas que nos visitan», valora el Concello de Ourense como méritos para la concesión de la medalla de oro

El compromiso con la cultura y la difusión del conocimiento entre la sociedad ourensana atrajo al Liceo a grandes intelectuales gallegos como Curros Enríquez, Otero Pedrayo, Emilia Pardo Bazán, Vicente Risco, Marcelo Macías o, más recientemente, Carlos Casares o Marcos Varcárcel, los dos socios de honor de la entidad.

En los actos del Liceo han participado intelectuales como Fernando Delgado, Juan Cruz, Almudena Grandes, Manuel Vicent, Juan José Millás, Caballero Bonald, Haro Teglen, Manuel Rivas o Suso de Toro. En su salón ofrecieron recitales Isaac Albéniz —actuó en 1874— y el maestro Rodrigo, así como artistas más recientes como Rosa Torres, Patricia Kraus, Rebeca Jiménez, Carlos Núñez, Cristina Pato o Emilio Rúa. Los tres últimos debutaron en el Liceo de Ourense.

La sala de lectura y estudio del Liceo.

La sala de lectura y estudio del Liceo. / IÑAKI OSORIO

«Manteniendo el fuego de su nacimiento, el Liceo es un punto esencial de dinamización sociocultural para la ciudad, un papel que desarrolla con generosidad, sin ánimo de lucro, con la principal intención de ejercer un servicio esencial para contribuir a crear un espíritu abierto para la ciudadanía y las personas que nos visitan», destaca el Concello de Ourense.

«Una sociedad que consigue mantener 175 años de mejora continuada de sí misma y de la ciudad. Tantos años como los que celebramos todos con la institución. Todos somos en algo parte del Liceo», valora el Ayuntamiento como méritos.

En la planta superior esta es una escena de diario: la consulta pausada de la prensa en papel, a refugio de las prisas.

En la planta superior esta es una escena cotidiana: la consulta pausada de la prensa en papel, a refugio de las prisas. / IÑAKI OSORIO

Un reconocimiento «de justicia»

El 25 de abril, la comisión de pleno dictaminó favorablemente la propuesta para conceder al Liceo la distinción. Eva Torres, técnica de Áreas Museísticas y Espacios Expositivos del Concello, es la instructora del procedimiento. María Aránzazu Ramos, la jefa de protocolo, actúa como secretaria. El pleno ordinario de mayo, celebrado el pasado día 2, recabó el apoyo unánime de todos los grupos políticos.

«Es de justicia reconocer la contribución del Liceo de Ourense a la cultura y la dinamización de nuestra ciudad», indica la propuesta que ha validado la corporación con el voto favorable de todos los ediles presentes en la sesión. El expediente de honor se encuentra en la fase de alegaciones y adhesiones a la iniciativa, que finalizará con la concesión a la entidad de la medalla de oro de la ciudad.

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