El fiscal que ha luchado contra la violencia de género desde 1998: «La educación de los jóvenes es el paso clave»

A seis meses de la jubilación, Julián Pardinas Sanz solicita su relevo como delegado en Ourense contra la violencia machista: «He procurado dar una respuesta eficaz a las víctimas»

«Esta es una lucha que concierte a toda la ciudadanía, a la familia, los vecinos y los amigos. Cuantos más cooperemos, más conseguiremos»

El fiscal Julián Pardinas Sanz, durante un juicio en Ourense.

El fiscal Julián Pardinas Sanz, durante un juicio en Ourense. / IÑAKI OSORIO

Javier Fraiz

Javier Fraiz

Ourense

Es uno de los fiscales en activo con mayor antigüedad de España —su carrera supera los 44 años— y de los más experimentados en la lucha desde el sistema contra la violencia de género, una especialidad en la que empezó a trabajar como delegado en 1998, antes incluso de la puesta en marcha de la ley integral de 2004. Julián Pardinas Sanz (Ourense, 1953) cumplirá en noviembre 72 años y será entonces, por obligación de la edad, cuando finalice su carrera como fiscal. Este viernes, seis meses antes de la jubilación, Pardinas ha solicitado su relevo como fiscal delegado en asuntos de violencia de género en Ourense.

«Han sido más de veinte años dedicados a esta materia, durante los que he procurado desempeñar mi trabajo con el mayor rigor, compromiso y vocación de servicio, con el firme objetivo de dar una respuesta eficaz a las necesidades de las víctimas y de contribuir a la mejora del sistema de justicia en el ámbito de la violencia de género», destaca Pardinas.

El experimentado fiscal considera que el relevo en la función «permitirá una adecuada transición en la delegación, asegurando la continuidad y la eficacia en una materia tan sensible como prioritaria para el Ministerio Fiscal».

«Mi despacho siempre estaba abierto»

Se ha guiado por la «cercanía, capacidad de compresión y que supieran que mi despacho siempre estaba abierto», dice sobre su trato durante estos años con las víctimas. «Muchas personas cuyos problemas fueron solucionados pasaron después para dar las gracias por la forma en la que se les trató», reconoce el especialista.

El año pasado, los juzgados de toda la provincia recibieron 928 nuevos casos de violencia machista, un aumento del 22% con respecto a las 761 denuncias de 2023. Según la estadística anual del Poder Judicial, la tasa de violencia de género en la comunidad —se refiere a las víctimas por cada 10.000 mujeres— fue de 51,6, la segunda más baja de España, cuya media se situó en 74,2. En la provincia de Ourense el dato fue de 50,7. A fecha de 31 de marzo, en la provincia había 525 casos activos de mujeres de todas las edades víctimas de la violencia machista, 67 con riesgo medio y cuatro con riesgo alto.

«Estoy absolutamente convencido de que, a nivel nacional, hemos salvado una gran cantidad de vidas, gracias al trabajo de todas las fiscalías delegadas de violencia de género, las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y de los juzgados», valora Pardinas.

Controlar «nunca es amor»

El ámbito fundamental para combatir la violencia machista debe ser el formativo, cree este experto. «Es fundamental educar a todos los jóvenes en los principios de igualdad y de convivencia democrática. Es el paso clave». Entre las medidas de sensibilización es relevante, enlaza el fiscal, inculcar a niñas y adolescentes que el control de un novio «nunca es amor».

El fiscal Julián Pardinas, en su despacho.

El fiscal Julián Pardinas, en su despacho. / IÑAKI OSORIO

El 73,2% de los asuntos de violencia de género tramitados en 2024 se comunicó a los juzgados ourensanos con un atestado policial con denuncia de la perjudicada. Hay margen de mejora en cuanto a que las alertas lleguen por parte de familiares y vecinos. «Esta es una lucha que concierne a toda la ciudadanía; a la familia, los vecinos y los amigos. Cuantos más cooperemos, más conseguiremos», defiende Julián Pardinas.

«Todas las muertes afectan mucho»

En un balance de sus casi tres décadas como responsable en la Fiscalía de Ourense de los casos de violencia de género, el fiscal asegura que «todas las muertes me han afectado mucho». Enumera, por ejemplo, crímenes como el de Isabel Fuentes —asesinada por su marido en el hospital de Ourense en 2015, tras un ataque previo en casa—, el de Montserrat Martínez en 2001 —«mi principal sospechoso desde el principio», subraya Pardinas, terminó detenido por la Guardia Civil nueve años después—, o más recientes como el de la joven Nerea Añel, en 2020.

Restan seis meses para el remate de la amplia carrera en la Fiscalía de Pardinas Sanz. «Siento una enorme gratitud hacia la institución, porque he tenido la suerte de tener un trabajo que me ha encantado y que voy a seguir disfrutando estos meses. Ayudaré a mi sustituta para seguir llevando la materia de violencia de género de una forma que creo que hemos llevado correctamente, aunque sin duda lo hará todavía mejor de lo que he podido hacerlo yo. A partir de ahí, a ver qué me depara el destino. Espero que mi vida profesional no se acabe, tengo esperanzas de poder hacer muchas cosas, pero ya veremos», finaliza Pardinas.

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