¿Qué pudo pasar en la cirugía de Carmen, la mujer que quedó parapléjica tras operarse la rodilla en Ourense?
Las complicaciones en una operación como esta son poco frecuentes

Operación de rodilla. / Envato
La vida de María del Carmen Baamonde Quintas ha sufrido un giro de 180 grados. Después de someterse a una cirugía para la colocación completa de una prótesis de rodilla por la que llevaba dos años esperando, la ourensana sufre una parálisis total de cintura para abajo y problemas de incontinencia.
«No saben la causa, no saben el porqué, nadie me ha dicho por qué, me ha faltado mucha información», explicaba Carmen, de 81 años, a este periódico. La operación se llevó a cabo el pasado 4 de abril en el Hospital de Ourense. Entre la tarde y la noche del 5 al 6 comenzó a sentir la pérdida de movilidad en las piernas.
Carmen tuvo que quedarse ingresada y su situación se ha prolongado sin solución aparente. El martes de esta semana fue trasladada a la Unidad de Daño Medular del Hospital Universitario de A Coruña (CHUAC), cinco semanas después de su operación.
La incertidumbre parece ir para largo y la salud mental de la paciente también ha sufrido un duro golpe. «No quiero vivir así, esto no es vida. Estoy sufriendo mucho», declaraba a FARO. Así, tanto ella como sus familiares se plantean una pregunta clave: ¿qué es lo que ocurrió?
¿En qué consiste la artoplastia?
La dirección del área sanitaria de la provincia de Ourense explicó a este periódico que «a pesar de que el procedimiento y las técnicas empleadas fueron correctas según los protocolos clínicos, se produjo una complicación extremadamente rara y poco frecuente».
La operación a la que se sometió Carmen fue la colocación de una prótesis completa de rodilla para paliar su artrosis, una enfermedad que la obligaba a caminar con una muleta, pero le permitía hacer una vida más o menos normal.
Esta cirugía se denomina también artoplastia y tiene una duración aproximada de dos horas. Durante la misma, se retiran el cartílago y el hueso dañados de la articulación y se colocan unas piezas artificiales. Según la bibliografía médica, la recuperación completa de este tipo de intervenciones es de cuatro meses a un año, si bien los pacientes pueden regresar a sus hogares el propio día o un par de días después.
Para llevar a cabo esta operación, los profesionales pueden optar por dos tipos de anestesia: general o regional. Esta última, también conocida como anestesia combinada, es una combinación de raquídea y epidural y se aplica en la columna vertebral del paciente, insensibilizando su tren inferior.
Complicaciones de la cirugía
Este tipo de intervenciones son muy comunes y rara vez se producen complicaciones. De producirse, las más habituales son la inflamación de la zona o rigidez de la articulación, que se trata normalmente con fisioterapia.
La paraplesia (la pérdida de movilidad en las extremidades) que sufre Carmen es una de las consecuencias que casi nunca se contemplan y puede deberse a varios factores, como una lesión nerviosa (se han dañado los nervios durante la operación), una lesión vascular (afectación de los vasos sanguíneos en torno a la médula espinal), infección grave o hematoma epidural (acumulación de sangre alrededor de la médula epidural que comprime los nervios y causa parálisis).
Caso similar hace más de una década
Con todo, el caso de Carmen no es el primero que se produce en España. El despacho madrileño Carosso Abogados llevó hace 10 años la demanda de una mujer de 73 años que se quedó parapléjica en el año 2009 tras someterse a una artoplastia completa de rodilla.
Al igual que la ourensana, esta paciente recibió «una técnica combinada de anestesia intradural (con perforación de la dura madre) y epidural (dejando un catéter en el espacio epidural)».
Tras operarse comenzó experimentar paraplesia, aunque de un modo más inmediato, y 48 horas después fue revisada por un neurólogo, «quien tras un TAC dorso-lumbar, le diagnosticó "mielitis (inflamación médula espinal) isquémica", y con el transcurso de los días, a pesar de varias etapas de rehabilitación se le diagnosticó mielopatía secundaria a infarto medular dorsal».
La mujer denunció mala praxis médica en el proceso y el proceso judicial concluyó con una indemnización de 300.000 euros, acordada por las partes implicadas.
En su caso, «un equipo de peritos médicos pudo acreditar varias actuaciones contrarias a la Lex Artis en la atención médica». Por ejemplo, mala praxis en la aplicación y elección de la anestesia o «la no comunicación al servicio de anestesiología y neurología en el momento que se descubrió el daño».
Carmen tendrá que esperar por el tratamiento de la Unidad de Daño Medular del CHUAC para observar el avance de su situación y la posible toma de acciones judiciales. Su familia, por el momento, ya ha trasladado su situación a la Valedora do Pobo.
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