Al espacio despegando en Toén
Toén se convirtió en la plataforma de despegue acogiendo la fase estatal del CanSat, una competición impulsada por la Agencia Espacial Europea donde estudiantes de toda España lanzaron al cielo sus satélites del tamaño de una lata. Pequeños contenedores de ideas innovadoras, retos técnicos y mucho talento.

Momentos previos al lanzamiento del primer cohete. / Iñaki Osorio
L. G.
Toén se convirtió ayer en el centro de la ciencia y la innovación juvenil al albergar por primera vez la fase nacional del desafío CanSat, un certamen educativo impulsado por la Agencia Espacial Europea que reta a los jóvenes a diseñar, construir y lanzar un satélite del tamaño de una lata de refresco, integrando en su interior todos los subsistemas de un satélite real.

Uno de los equipos, mostrando el tamaño del satélite.| I. Osorio
Al tratarse de una fase nacional hasta el concello ourensano ya llegaron los mejores de España, un equipo por cada comunidad autónoma tras haber superado sus correspondientes fases regionales. Todo ellos grupos compuestos por un mínimo de 3 y un máximo de 6 estudiantes de entre 13 y 19 años que, a lo largo de la competencia, deben programar sensores, gestionar la recolección y transmisión de datos, y realizar experimentos científicos durante el vuelo del satélite, porque el certamen tiene una doble finalidad: enseñar los principios básicos de la tecnología espacial, y fomentar vocaciones científicas y tecnológicas entre la juventud.

Gemini Polux, el equipo de Teis, analizando los datos extraídos. | Iñaki Osorio
Los proyectos que se presentaron abarcan un amplio espectro de temas científicos, desde el análisis de la atmósfera hasta la medición de variables del polen, todos ellos, con el objetivo de contribuir al entendimiento de nuestro entorno, tuvieron su despegue ayer desde el centro integral de loita contra o lume de Toén. Lanzados desde un cohete, comenzaron su descenso controlado gracias a un sistema de paracaídas, mientras transmitían los datos a la base de control.
Las primeras misiones
La emoción de los participantes era palpable en ese instante y no antes. A pesar de la juventud la seriedad los caracterizó, con los nervios como compañía «hemos trabajado desde el inicio de la convocatoria en este proyecto, pero en Cantabria no tenemos fase con despegue, nuestra clasificación se realiza por medios de informes, así que lo más alto que hemos podido lanzar nuestro cansat ha sido desde un edificio de cinco plantas, esto supone un reto, es la verdadera prueba», comentaba Sofía de Saro del equipo Astroverde, para los que era su primera competición tanto regional como nacional y la primera vez viendo como su satélite ascendía a más de un kilómetro de altura en un cohete.
Además de la misión principal, que es la misma para todos los competidores: las mediciones de temperatura y presión atmosférica durante el descenso. CanSat contempla una misión secundaria que cada equipo es libre de elegir siguiendo unos requisitos básicos, debe recopilar datos para un proyecto científico, realizar una demostración tecnológica, desplegar sistemas para explorar la superficie de la Tierra o estudiar la calidad del aire.
En este apartado hubo decisiones para todos los gustos, desde las Islas Baleares Stic Cansat proponía una lucha contra la masificación turística «como nuestras islas están afectadas por el exceso de turismo eso contribuye a que la contaminación aumente y que los espacios se exploten, así que nosotros estudiamos como el dióxido de carbono afecta a distintas zonas de la isla, para ver si los puntos con mayor cantidad guardan relación con los más visitados. Como es un tema relevante decidimos enviar nuestras conclusiones a distintos agentes políticos para ver si se puede hacer algo y así poder ayudar con los temas de la masificación turística».
Su temática elegida y su nombre guardan relación, «es un juego de palabras porque estic cansat en balear significa ‘estoy cansado’, porque estamos cansados de ese turismo masificado», defienden Pau Sebastian y Miquel Carrasco. Con su satélite concluyeron que las zonas de costa acumulan una mayor cantidad, lo que perjudica la calidad del aire. Tras su lanzamiento en Toén, además, pudieron confirmar que «es mejor» la calidad del aire ourensana.
Incidentes con emoción
Desde el País Vasco eligieron centrarse en los incendios, «pusimos una cámara que procesa imágenes para detectar situaciones de fuego, pero no hemos conseguido entrenarlo específicamente», reconocía el equipo Curie, para el que también era su primera vez, no solo en fase nacional, sino en el concurso al completo.
Misma situación se daba para el representante gallego, el IES Teis de Vigo. Se clasificó el pasado 25 de abril en la fase autonómica, con el lanzamiento de satélites en Cerceda, donde superaron a 16 contrincantes para mostrar ayer, en la fase estatal, su proyecto que, inspirado en la misión JUICE, tiene como objetivo medir el campo magnético y la radiación UV, replicando la exploración de las lunas Europa, Ganímedes y Calisto.
«En la gallega ascendió el lanzamiento a los 120 metros, aquí mucho más, lo que hizo que se nos enredase el paracaídas con la base del cohete, pero no nos afectó en las mediciones, sacamos todos los datos igual», comentaba Águeda Carballo tras el incidente que se quedó en susto en una primera experiencia que desde el centro tienen claro que repetirán, «al principio no estábamos ni muy interesadas, fue el profe el que tiró de nosotras, pero ahora viendo esto queremos más, ha sido increíble», certificaban las componentes de Gemini Polux.
El premio gordo: ser ingeniero espacial en Países Bajos
Tras una intensa sesión de lanzamientos y disfrute al aire libre, fue el IES Ferro Couselo el encargado de albergar la entrega de premios para las jóvenes promesas de la ingeniería aerospacial. «El jurado ha decidido que el equipo que viajará a Países Bajos al Centro Europeo de Investigación y Tecnología Espacial y se convertirá en ingeniero espacial por un día será ZephySat, de la comunidad autónoma de Andalucía».
Los andaluces celebraron mientras entre los participantes no saltaba la sorpresa, todos concordaban en que era «un proyecto muy trabajado», y un equipo «muy profesional», ya por la mañana, mucho antes de los votos del jurado. Así pues, el satélite que representará a España en el evento europeo a finales de junio tiene un sistema que se encarga de analizar los distintos tipos de polen en la atmósfera mediante una interfaz gráfica y una antena. «El elemento innovador que hemos usado es un muestreo estratificado de partículas aeronavegantes, que recogemos en un tambor que se abre a distintas alturas y, en tierra, analizamos con una inteligencia artificial que desarrollamos nosotros mismos», cuentan ya con la vista puesta en Países Bajos.
Pero ayer hubo más premiados, Omega Space (Murcia) obtuvo el galardón a mejor logro técnico, CanRocketSenara (Castilla y León) al mejor logro científico, SticCansat (Baleares) la mejor difusión y Astrolautas (Aragón) se llevó el premio honorífico.
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