Chino para principiantes… y curiosos
Una clase abierta, de nivel cero, en la Escuela Oficial de Idiomas despertó la curiosidad y el interés por uno de los idiomas más hablados del mundo. El mandarín rompió el hielo en Ourense con una toma de contacto exprés para mostrar que aprender esta lengua puede ser más accesible de lo que parece

El profesor de chino Santiago Gastaminza, con los primeros alumnos de la clase exprés. / Iñaki Osorio
L.G.
Lo que iba a ser una toma de contacto de 40 minutos con el chino mandarín se convirtió en una hora de entusiasmo y descubrimientos lingüísticos. La Escuela Oficial de Idiomas de Ourense celebró su primera clase de nivel 0, abierta al público, de este idioma; un taller pensado para desmitificar la escritura fonética y romper el hielo con uno de los idiomas más hablados —y desafiantes— del mundo.
Al frente del aula el profesor que imparte esta materia, un vallisoletano que lleva en la ciudad dos años, Santiago Gastaminza. «La magia de este idioma es que con poco dejas de ver garabatos y empieza a cobrar vida», introdujo a un receptivo grupo de curiosos: seis alumnos sin la menor idea sobre este idioma que acudieron atraídos por los carteles colocados por el barrio y por la escuela y que animaban a participar en la experiencia de conocer una nueva lengua con un contacto exprés y sin pretensiones.
«Yo vengo a la escuela al monográfico de francés y fue al salir de una de las clases cuando vi uno de los folletos y me lo anoté para venir a probar», comentaba María José Prada, una de las alumnas que al término de la sesión se interesaba por los horarios para el próximo curso, porque la escuela de idiomas se rige por los mismos calendarios que los colegios. Ahora empiezan los exámenes de fin de trimestre y curso. Para anotarse a chino ya hay que guardarse en la agenda el mes de septiembre.
«Lo normal sería hacer estas clases cuando van a comenzar las matriculaciones, a principios de septiembre que es cuando la gente se suele poner el reto de aprender un nuevo idioma y más se anima, pero la hemos puesto ahora, en mayo, porque también está bien dar a conocer la lengua y que la gente se quede con ganas de venir», explica el docente que cuenta que es la primera vez que se realiza esta clase como una oportunidad de acercar un idioma que, «una vez te adentras tampoco es tan complicado, porque, por ejemplo, el español se conjuga, el chino no, solo hay marcas para los tiempos verbales, pero la forma es siempre la misma», dice.
En la clase de prueba lo primero fue conocer el nivel de los curiosos alumnos, cinco mujeres y un hombre que se acercaron sin conocimiento previo, por ver como seria la experiencia. «Mas allá de ni hao y de que es difícil no sé nada al respecto», comentaba Ángeles Pérez, quien a la salida no descartaba darle una oportunidad el próximo curso.
De la caligrafía a la poesía
La lección exprés fue por medio de unas plantillas de caligrafía para conocer la correcta forma de escribir como punto de partida, «siempre es de arriba abajo y de izquierda a derecha, ahora escribimos con bolígrafos o lapiceros, pero estos trazos estaban pensados para tinta y pincel, si os fijáis, así es la forma de que la mano se deslice con comodidad y naturalidad», explicaba Gastaminza. Para la pronunciación, una prueba con un poema de Rosalía de Castro, «el chino es una lengua tonal, algo que no hay en Europa. En concreto tiene cuatro tonos que van desde el tono alto, al descendente pasando por el neutro, lo que haremos será leer esta poesía en cada una de las entonaciones», indicaba para disfrute del alumnado.
«En la escuela de Valladolid dedicábamos una tarde al año a impartir lecciones cero de los distintos idiomas, cada departamento nos encargábamos de nuestra lengua y era una dinámica que funcionaba muy bien, por eso se me ocurrió proponerla aquí para la clase de chino», dice el profesor que hace una valoración muy positiva de la experiencia ourensana, «los alumnos que vienen están interesados y en general gusta bastante, es una clase corta y dinámica en la que se tantea el habla y la escritura en poco tiempo, suficiente para cautivar interés, pero sin asustar con complicaciones».
El próximo curso
En la actualidad en la EOI de Ourense se puede conseguir hasta un nivel A2 de chino, aunque hay también monográfico de B1 para aquellos que quieran continuar aprendiendo, «es un idioma exigente, pero el perfil del estudiantado es variado, desde aquellos que lo eligen por una cuestión laboral hasta muchos que tienen curiosidad y se animan, por lo que tampoco hay edades concretas. Tengo alumnos de 15 años hasta la más mayor de 66. Es cuestión de venir e intentarlo».
Las clases del próximo curso comenzarán en la segunda semana de septiembre, pero la primera semilla ya ha sido sembrada: el chino dejó de parecer inalcanzable, y por una hora, se volvió cercano y entretenido.
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