«Que no se hagan ilusiones; las reformas del papa no tienen vuelta atrás, salvo que quieran una Iglesia de museo»

El primer nombramiento oficial del papa Francisco en 2013, nada más estrenar su pontificado, fue designar al sacerdote franciscano José Rodríguez Carballo (Lodoselo, Ourense, 1953 ) como secretario de un dicasterio complejo, ocuparse de cientos de miles de religiosos y religiosas dispersas por el mundo, cargo que dejó tras ser nombrado arzobispo de Mérida-Badajoz . El sábado dará su útimo adiós en Tierra Santa «al que fue para mí papa, padr, hermano y amigo».

El papa, en uno de los encuentros de trabajo con José Rodríguez Carballo.

El papa, en uno de los encuentros de trabajo con José Rodríguez Carballo. / FDV

Ourense

«Que no se hagan ilusiones sus detractores; las reformas que dejó el papa Francisco no tienen vuelta atrás. No es posible una involución, salvo que la Iglesia quiera ser un residuo, una pieza de museo», explica el religioso franciscano y actual arzobispo de Mérida-Badajoz, José Rodríguez Carballo. En medio de una guerra cruzada entre cristianos de claro sectarismo político, con algunos cargos de la política o la sociedad, celebrando incluso la muerte del papa Francisco, al que llaman el «papa comunista», José Carballo recuerda la frase que le dijo un día personalmente el pontífice: «José, las ideologías, de izquierdas, centro o derechas, son la muerte del Evangelio. No hay mejor veneno».

-Puede usted presumir de ser el primer nombramiento oficial que hizo el papa Francisco nada más asumir su cargo en 2013. ¿Dónde se fraguó su amistad?

-Así es, el primero fue mi nombramiento como secretario de la vida consagrada, qué años después dejé cuando me designó para el cargo de arzobispo de Mérida-Badajoz que ahora ocupo. Coincidimos por primera vez en 2009, cuando se celebró la quinta conferencia del episcopado latinoamericano. Yo fui iba invitado por el papa Benedicto, y allí tuve la dicha de encontrarme con el cardenal Francisco Bergoglio ya que era el alma de esa asamblea. Incluso participé en algún grupo de trabajo con él , y ahí entablamos largas conversaciones y hubo mucho entendimiento. Luego vino él a verme dos veces a la Curia General de los Franciscanos, porque había una iniciativa para que la orden se hiciera cargo de un proyecto misionero en Argentina. Ahí él era ya el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina. Ahí debatimos mucho y se fue fraguando una amistad .

Él fue el papa que necesitaba la Iglesia para estos tiempos. Un papa abierto, de diálogo y a la escucha de los interrogantes de la cultura y la sociedad actual.

-¿Es propio de una religión que predica conciliación y perdón esta división entre cristianos confesos, con seguidores y detractores del papa Francisco, algunos, como el periodista Jiménez Losantos, celebrando públicamente en las ondas su muerte?

-Es normal que en la Iglesia, compuesta por hombres, haya tendencias. Unos son más conservadores, otros más progresistas. Eso es normal, lo que no es normal es que uno se tenga por católico y no asuma que el Pedro de estos últimos años se llamaba Francisco, y no hay otro Pedro. El papado no es a la carta. Él fue el papa que necesitaba la Iglesia para estos tiempos. Un papa abierto, de diálogo y a la escucha de los interrogantes de la cultura y la sociedad actual.

-Pese a que dejó elegidos al 80% de los cardenales que designarán al nuevo papa, ¿es posible que tras Bergoglio, haya una involución con un sucesor con una mirada menos crítica con la pederastia o las desigualdades y menos empática con la homosexualidad?

-Que no se hagan ilusiones sus detractores. Este era el papa que necesitábamos en estos tiempos y no hay vuelta atrás. Las reformas que él propició seguirán sea quien sea el sucesor. No puede ser de otro modo, a no ser que la Iglesia quiera convertirse en un reducto, en pieza de museo que nada tiene que decir al mundo porque nada dice desde el Evangelio.

no es normal es que uno se tenga por católico y no asuma que el Pedro de estos últimos años se llamaba Francisco, y no hay otro Pedro. El papado no es a la carta.

-¿Es fácil actualizarse cuando ustedes coinciden en que la doctrina de la Iglesia es intocable 21 siglos después?

-Es que no se trata de hacer un Evangelio que esté a la moda, sino de actualizarlo, porque debe de ser una palabra viva, eficaz y que llegue a la gente. Nuestro Dios es el dios de la historia, no un dios arqueológico.

- ¿Cómo se entiende que el papa presumiera de la amistad de personas que se declaraban públicamente ateas, como la exjueza Carmena y fuera la piedra en el zapato de miembros de la propia curia o del Opus Dei?

-Es que él hablaba desde el corazón, era lo que se llama un cura de pueblo por eso llegaba tanto a las gentes humildes como a otros sectores y ponía a los pobres en el centro. El lenguaje debe de ser vivo y que entiendan todos lo que queremos decir. Si no caeremos en aquella escena típica del creyente que tras la misa señalaba “hai que ver que ben falou o cura!”, y cuando le preguntaban “e logo qué dixo?» solían responder «non sei o que dixo pero falou moi ben”.

"Le decían el papa comunista porque ponía a los pobres en el centro; pero no creía en las ideologías y un día me dijo que el mejor veneno para matar el Evangelio es la ideología, venga de la derecha, del centro o de la izquierda”

-¿Le faltó contundencia al papa Francisco a la hora de dar un mayor protagonismo a la mujer al frente de la Iglesia?

-Eso no es verdad. Fue el primer papa que nombró a dos mujeres, una como prefecta de un dicasterio muy importante , como el de la vida consagrada y la otra gobernadora del Estado Vaticano, pero aquí se confunde la igualdad en dignidad con hacer todos lo mismo. Igualdad no es hacer todos lo mismo. Incluyó mujeres en la congregación de obispos para poder tener decisión en la elección de los mismos. En este sentido el propio papa dijo en uno de sus documentos algo muy fuerte y es que la ideología, mata el corazón del Evangelio. Un día, en una conversación personal con él me aseguró que «aunque tú seguro que me han entendido, te aclaro que el mejor veneno para matar el Evangelio es la ideología, venga de la derecha, del centro o de la izquierda”. En este sentido y volviendo al tema de la mujer dijo también algo muy fuerte, y era que pese al importantísimo papel de las mujeres en la Iglesia, , el feminismo podría terminar convirtiéndose fácilmente en un clericalismo de faldas .

-Sin embargo, y pese a ese desapego que el pontífice le confesó que tenía por las ideologías, sus detractores le tachan de “papa comunista”. ¿Cómo se entiende?

-Él mismo decía al respecto que le llamaban comunista por poner a los pobres en el centro de su mensaje, pero es que los pobres son el centro Evangelio. “Yo no puedo hacer otra cosa”, me decía.

-¿Preparado ya para esta despedida de su papa y amigo en el Vaticano este sábado?

-Me desplacé un par de días a Lodoselo, mi pueblo natal, para estar con la familia, y el viernes estaré en Tierra Santa. Para mi él era papa, padre, hermano y amigo.

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