Una galería de arte con pintores pequeños, pero ideas muy grandes

En Piñor, un concello de poco más de mil habitantes, el arte se convirtió en el motor para que los más pequeños pudieran expresar sus emociones y sentimientos a través de la creatividad. En el marco del campamento de Semana Santa, la exposición 'Galería de Sentires' reunió a una veintena de niños que, con pinceles y arcilla en mano, dieron rienda suelta a su imaginación y compartieron su visión del mundo.

Los pequeños con sus esculturas en la foto de familia  ante el consistorio.

Los pequeños con sus esculturas en la foto de familia ante el consistorio. / Iñaki Osorio

L.G.

Ourense

«Soy Lara, tengo seis años y mi obra representa la alegría porque tiene muchos colores, todos los del arcoíris». Así comenzó la exposición ‘Galería de Sentires’ que organizó el Concello de Piñor en el marco de su campamento de Semana Santa, dentro del programa de Educación y Apoyo a la Familia, financiado por la Consellería de Política Social e Xuventude y por el Fondos Social Europeo. Una cita que, por primera vez en este concello de poco más de mil habitantes, se centró en el arte a través de las jornadas ‘Exprés-arte’.

Fue una actividad infantil dirigida a la identificación, expresión y gestión emocional mediante técnicas artísticas creativas para los niños de 3 a 12 años. Ellos aprovecharon las vacaciones para dejarse llevar a través del talento más lúdico, desde la arcilla hasta la pintura en lienzo, pasando por el collage fueron algunas de las disciplinas que probaron una veintena de jóvenes vecinos del concello.

Los pequeños trabajaron a lo largo de cuatro días y ayer en el consistorio fueron los guías de su propia galería, puesto que expusieron todas y cada una de las piezas y fueron los encargados de explicarlas.

Guías de la galería

Lara, colocada bajo su lienzo de colores, fue la primera en hablar. Tras de ella tomó la palabra Xián, que, con un año más, explicó que eligió «la confusión» como emoción y, por ello, el cuadro también tenía «muchos colores, pero con unas formas mucho más dispersas y raras».

Los niños explicaron sus obras para los asistentes.

Los niños explicaron sus obras para los asistentes. / Iñaki Osorio

Izan tomó el relevo después, pero lo hizo en sustitución de su hermana pequeña, que no pudo acudir a la cita. «Ella eligió el amor porque le encanta, por eso este dibujo es rosa, tiene un gran corazón y muchos corazones pequeños», dijo el menor ante los aplausos de los presentes: sus compañeros, muchos padres y unas monitoras entusiasmadas con el resultado de un proyecto que esperan repetir.

«Ya habíamos trabajado otras veces en este concello, hacemos campamentos de vacaciones en verano, en el entroido y también el Semana Santa, pero esta es la primera vez que lo enfocamos al arte. Fue una idea desde el concello», explica una de las monitoras, Saleta Vázquez, mientras que su compañera, Alba Diéguez , añade que las promesas de la pintura «tuvieron total libertad creativa con la única pauta de que expresasen sus sentimientos. Al principio fue un poco caótico, pero creo que después enseguida le cogieron el tranquillo y el gusto. No hay más que verlos».

Los niños trabajaron sin problemas y con muchas ganas porque ya se conocían del colegio. «Tenemos edades distintas y esta es la primera vez que venimos a este campamento, pero nos conocemos todos porque vamos al cole de Cea», cuenta Yanira Martínez, quien a sus nueve años asegura que «el campamento fue una pasada. Me gustó mucho, de hecho diría que es el primero que me ha encantado, porque me gusta mucho todo lo que tiene que ver con el arte».

Emociones complejas

Su parte favorita fue trabajar con arcilla y ella quiso expresar «el amor con un corazón grande rosa con los ojos en forma de corazón, más pequeños y rojos, y una gran sonrisa», dice mientras esgrime la misma mueca pidiendo que «el año que viene se repita» para poder hacer más piezas, ya que este año se perdió el día en el que pintaron el lienzo.

Quien sí estaba en esa jornada era Izan González. A sus ocho años es todo un artista y, como tal, empleó la pintura para expresar sus sentimientos más arraigados : «yo quería dibujar la ira porque siempre estoy muy enfadado con todo, sobre todo cuando mi hermana me trata mal», dice, aunque acabó expresando «el estrés» en un cuadro de un chico que tiene un remolino por cabeza. Fue su parte favorita, aunque en las esculturas también lo pasó bien «eligiendo el miedo» y representándolo con un fantasma.

Entre los más mayores se encuentran Álex Rey— de 12 años— y Santiago Ismael— 11 años—. La soledad fue sensación elegida por el primero; la tranquilidad, la elección del segundo. «Cuando me siento solo, me siento así», dice Rey ante un cuadro de un niño sentado en un abismo en el que predominan el negro y el amarillo. En la versión de la tranquilidad de Santiago la tonalidad es azul; «nadie me ayudó, esto se me da bien», presume este joven.

Todos coinciden en que el próximo año quieren más. También el regidor. «A los niños les ha gustado mucho porque es muy entretenido y dinámico, así que haremos otro», avanza Jose Luis González. Hasta que llegue ese momento a esta galería aún le queda recorrido, en la casa consistorial de Piñor se podrán ver las obras hasta el 30 de abril, siempre en horario matinal.

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